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1 Especialmente mi agradecimiento se dirige a Gabriel Richi Alberti, por el paciente trabajo de traducción de los textos y el cuidado con el que ha preparado esta edición, así como a la hermana Antonieta de la Preciosa Sangre del Monasterio de las Clarisas Capuchinas de Pucòn, por la ayuda que me ha prestado con la lengua española.

2 Cf. J. Carrón, La belleza desarmada (Encuentro, Madrid 2016) 46-52.

3 J. Ratzinger, Il Dio vicino. L’Eucaristia cuore della vita cristiana (San Paolo, Cinisello Balsamo 2008) 14.

4 «No se olviden, si quieren triunfar en la vida como Jesús quiere, mendiguen, porque el protagonista de la historia es el mendigo, el protagonista de la historia de la salvación es el mendigo ese que cada uno de nosotros llevamos dentro. Gracias por esto, y que este testimonio que dan lo lleven adelante y que dé muchos frutos», Francisco, Palabras en la Nunciatura Apostólica, 9 de septiembre de 2017.

5 Ignacio de Antioquía, A los Efesios XIX, 1.

6 Se trata de una expresión recurrente en Orígenes. Cf. H. U. von Balthasar, Parola e mistero in Origene (Jaca Book, Milano 1991) 27-35.

7 Por ejemplo: Bernardo, In vigilia nativitatis Domini I, 1.

8 Cf. V. Prospisil, “Il Verbum Abbreviatum nel capitolo IX della Regola bollata e nel Breviloquium”: Antonianum 79 (2004) 129-141.

9 Cf. Francisco, Misericordiae Vultus 1.

10 Cf. P. Martinelli, “La vita consacrata tra sfide e opportunità”, en: Id. (ed.), Custodi dello stupore. La vita consacrata: Vangelo, profezia e speranza (Sapientia 77; Glossa, Milano 2017) 17-35.

11 Juan Pablo II, Vita consecrata 87-92.

12 Juan Pablo II, Pastores dabo vobis 27.

13 Por qué me hice sacerdote (Sígueme, Salamanca 1961) 13-15.

14 Cf. V. H. Deak, Consilia Sapientis amici. Saint Thomas Aquinas on the Foundation of the Evangelical Counsels in Theological Anthropology (TG Teologia 207; Editrice Pontificia Università Gregoriana, Roma 2014).

15 Cf. P. Martinelli, “La vocazione cristiana e i consigli evangelici”, en: Id. (ed.), Custodi dello stupore, 240-256, en particular 250-251.

16 Cf. Tomás de Aquino, Summa Theologiae IIa-IIae, q. 186.

17 Cf. Regula Bullata I,1: «La regla y vida de los hermanos menores es ésta: guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, viviendo en obediencia, sin nada propio y en castidad», San Francisco de Asís. Escritos. Biografías. Documentos de la época, edición de J. A. Guerra (BAC, Madrid 19987) 110.

18 Es significativo que el decreto Presbyterorum Ordinis también comience su enseñanza sobre los consejos en la vida sacerdotal a partir de la obediencia, cf. PO 15.

19 Cf. L. Giussani, ¿Se puede vivir así? (Encuentro, Madrid 1996).

20 Juan Pablo II, Pastores dabo vobis 28.

21 Ibídem.

22 Ibídem.

23 Ibídem.

24 Ibídem.

25 Dei Verbum 5.

26 Cf. DS 3000-3045.

27 Sobre este tema véase: H. U. von Balthasar, Solo el amor es digno de fe (Sígueme, Salamanca 1995).

28 Cf. “A las autoridades de los pueblos”, en: San Francisco de Asís. Escritos. Biografías. Documentos de la época, 60-61.

29 C. Taylor, La edad secular I (Gedisa, Barcelona 2014) 21.

30 R. Guardini, “El ocaso de la edad moderna”, en: Id., Obras I (Cristiandad, Madrid 1981) 29-163, aquí 106.

31 I. Kant, “Beantwortung der Frage: was ist Aufklärung?”: Berlinische Monatsschrift 4 (1784) 481-494, aquí 481. Sobre este tema cf.: M. Konrad, Precetti e consigli. Studi sull’etica di san Tommaso d’Aquino a confronto con Lutero e Kant (Lateran University Press, Roma 2005).

32 Cf. G. Colombo, La ragione teologica (Glossa, Milano 1995) 305-335.

33 Cf. Pablo VI, Evangelii nuntiandi 20; Gaudium et spes 43.

34 Guardini, “El ocaso de la edad moderna”, 106.

35 Taylor, La edad secular, 23.

36 Cf. Dei Verbum 2-4.

37 Francisco, Lumen fidei 18.

38 J. Ratzinger, Mirar a Cristo. Ejercicios de fe, esperanza y amor (Edicep, Valencia 1990) 38.

39 Benedicto XVI, Porta fidei 2. La cursiva es nuestra.

40 Francisco, Evangelii gaudium 7-8.

41 Cf. Francisco, A los participantes en la Plenaria de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, 28 de enero de 2017.

42 Benedicto XVI, Sacramentum caritatis 2: «San Agustín, con un penetrante conocimiento de la realidad humana, puso de relieve cómo el hombre se mueve espontáneamente, y no por coacción, cuando se encuentra ante algo que lo atrae y le despierta el deseo».

43 Catecismo de la Iglesia Católica 515.

44 Cf. Giussani, ¿Se puede vivir así?, 110.

45 Ibídem.

46 Juan Pablo II, Pastores dabo vobis 30.

47 Ibídem.

48 Francisco, Mensaje de la I Jornada Mundial de los Pobres n. 4, 19 de noviembre de 2017.

49 «El pelagianismo nos conduce a poner la confianza en las estructuras, en las organizaciones, en las planificaciones perfectas, siendo abstractas. A menudo nos lleva también a asumir un estilo de control, de dureza, de normatividad. La norma da al pelagiano la seguridad de sentirse superior, de tener una orientación precisa. Allí encuentra su fuerza, no en la suavidad del soplo del Espíritu. (…) La reforma de la Iglesia —y la Iglesia es semper reformanda— es ajena al pelagianismo. La misma no se agota en el enésimo proyecto para cambiar las estructuras. Una segunda tentación que hay que vencer es la del gnosticismo. Ella conduce a confiar en el razonamiento lógico y claro, que pierde la ternura de la carne del hermano. La fascinación del gnosticismo es la de “una fe encerrada en el subjetivismo, donde solo interesa una determinada experiencia o una serie de razonamientos y conocimientos que supuestamente reconfortan e iluminan, pero en definitiva el sujeto queda clausurado en la inmanencia de su propia razón o de sus sentimientos” (Evangelii gaudium, 94)», Francisco, Encuentro con los participantes en el V Congreso de la Iglesia italiana, Florencia 10 de noviembre de 2015. Para profundizar véase la reciente Carta Placuit Deo de la Congregación para la Doctrina de la fe (28 de febrero de 2018).

50 A. Scola, Omelia nella Santa Messa in rendimento di grazie per la Beatificazione di Paolo VI, Duomo di Milano, 4 de noviembre de 2014.

51 Benedicto XVI, Spe salvi 1.

52 Francisco, Homilía del Domingo de Ramos, 24 de marzo de 2013.

53 Benedicto XVI, Spe salvi 31.

54 Benedicto XVI, Spe salvi 2.

55 Cf. Giussani, ¿Se puede vivir así?, 133ss.

56 A este respecto podemos referirnos a los siguientes pasajes: Éx 17 (las aguas de Meribá); Dt 32; Os 2 y 8; Ez 16,3-25; Is 17,10s y 52,12-16; Jer 2; 18,13-17 y 50,3-7.

57 Juan Pablo II, Dives in misericordia 6.

58 Benedicto XVI, Sacramentum caritatis 72.

59 Cf. L. Giussani – H. U. von Balthasar, L’impegno del cristiano nel mondo (Jaca Book, Milano 2017) 89. Edición española: El compromiso del cristiano en el mundo (Encuentro, Madrid 1981).

60 A este respecto véanse, por ejemplo, estos pasajes: Mc 1,17; Mc 2,14; Mc10,21; Mt 4,19; Mt 8,22; Mt 9,9; Mt 19,21; Lc 5,27; Lc 9,59; Lc 18,22; Jn 1,39; Jn 1,43; Jn 1, 46.

61 Su intimidad con el misterio del Origen lo caracteriza ante todos los demás: «no es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto al Padre: ese ha visto al Padre» (Jn 6,46). El ser enviado por el Padre y el hacer siempre su voluntad implica tal profundidad de intimidad e identidad de naturaleza con Él que a los judíos no puede no parecer una blasfemia: «“Mi Padre sigue actuando y yo también actúo”. Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no solo quebrantaba el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios» (Jn 5,17-18). Aquí encuentra su raíz la pretensión de Jesús como característica peculiar de su singularidad humana.

62 «Un día, estando él fuera de la celda, otro hermano fue a verla y luego vino hacia donde estaba el bienaventurado Francisco. Al verlo venir, le dijo: “¿De dónde vienes, hermano?”. “De tu celda”, le respondió. Al oírlo, respondió el bienaventurado Francisco: “Porque has dicho que es mía la celda, otro la ocupará en adelante, que no yo», Espejo de perfección IX, en: San Francisco de Asís. Escritos. Biografías. Documentos de la época, 701-702, aquí 702. Además se puede consultar la denominada Leyenda de Perusa, 57, 81 en: San Francisco de Asís. Escritos. Biografías. Documentos de la época, 595-691, aquí 625 y 647-648.

63 «Por la mañana al levantarse dijo a sus compañeros: “Si el emperador diera un reino entero a uno de sus siervos, ¿no debería alegrarse sobremanera? Y si le diera todo el imperio, ¿no sería todavía mayor el contento?”. Y añadió: “Pues yo debo rebosar de alegría en mis enfermedades y tribulaciones, encontrar mi consuelo en el Señor y dar rendidas gracias al Padre, a su Hijo único nuestro Señor Jesucristo y al Espíritu Santo, porque Él me ha dado esta gracia y bendición; se ha dignado en su misericordia asegurarme a mí, su pobre e indigno siervo, cuando todavía vivo en carne, la participación de su reino», Leyenda de Perusa 83, ibíd., 650.

64 Benedicto XVI, Sacramentum caritatis 24.

65 Francisco, Encuentro con seminaristas, novicios y novicias en el Año de la fe, 6 de julio de 2013.

66 Juan Pablo II, Redemptor hominis 10.

67 Benedicto XVI, Deus caritas est 7.

68 Cf. Giussani, ¿Se puede vivir así?, 231-313.

69 Ibíd., 237.

70 Cf. L. Giussani, El sentido religioso (Encuentro, Madrid 200810) 151-154.

71 Id., ¿Se puede vivir así?, 237-238.

72 Ibíd., 238.

73 Cf. ibíd., 239ss.

74 Ibíd., 242.

75 Beda, Hom. 21, CCCL 122,149-151. ¿Cómo no recordar el bellísimo cuadro de Caravaggio, la vocación de san Mateo, en la Iglesia de San Luis de los Franceses en Roma? Cuando leo esta frase siempre me acuerdo de ese cuadro. En el centro se encuentra una relación de predilección sin justificación alguna. Jesús realiza su gesto: “, deja todo y sígueme”. El rayo de luz a la espalda de Jesús acompaña su gesto de predilección. Como el eco de este gesto seguro y tierno de Cristo es el gesto y el rostro sorprendidísimo de Pedro: “¿ese?”. Repitiendo como con un contrapunto incrédulo el gesto de Jesús: “pero ¿cómo es posible? ¡No hay razones para eso!”. Y, finalmente, el mismo gesto lo realiza también Mateo, que no se encuentra menos asombrado que el resto ante lo que está pasando: ”¿yo?”. Impresiona darse cuenta de que con una mano Mateo repite el gesto de Cristo y de Pedro, vuelto hacia sí mismo, como incrédulo ante esa preferencia impensable; pero la otra mano todavía está mezclada con el dinero que está contando en la mesa de los impuestos, ese dinero que había robado precisamente a su pueblo; él, ¡un pecador público!

76 Giussani, ¿Se puede vivir así?, 276-277.

77 Cf. PG 37,181.

78 Ireneo de Lyon, Adversus haereses V, prologo.

79 Ireneo de Lyon, Adversus haereses III, 19,1.

80 Id., Demostración de la predicación apostólica 38 (Fuentes Patrísticas 2; Ciudad Nueva, Madrid 1992) 140.

81 Cf. Gregorio de Nisa, La gran catequesis 32 (Biblioteca de Patrística 9; Ciudad Nueva, Madrid 1990) 131-132.

82 Carmi, II, 2. Gregorio Nazianzeno, Poesie/1 (Collana di testi patristici 115; Città Nuova, Roma 1994).

83 L. Giussani, El templo y el tiempo. Dios y el hombre (Encuentro, Madrid 1995) 34.

84 Ibíd., 40.

85 Juan Pablo II, Catequesis del 28 de abril de 1982.

86 A. Scola, Atraídos por Cristo. Reflexiones sobre la formación sacerdotal (BAC, Madrid 2017) 28-29.

87 Ibíd., 29.

88 Cf. A. Scola, Hombre-mujer. El misterio nupcial (Encuentro, Madrid 2001).

89 San Agustín pone en boca de los nuevos hijos estas palabras referidas a sus padres: «¡Vamos!, es hora de que penséis en iros, porque nos toca a nosotros representar nuestra parte…», Agustín, Enarrationes in Psalmos 127,15.

90 Carrón, La belleza desarmada, 240-241.

91 Cf. Metodio de Olimpo, El banquete. Una traducción española casi íntegra de este obra en: F. Vizmanos, Las vírgenes cristianas de la Iglesia primitiva: estudio histórico-ideológico seguido de una antología de tratados patrísticos sobre la virginidad (BAC, Madrid 1949) 989-1088.

92 «Nam ex appetitu naturae surgit timor mortis, ex appetitu gratiae surgit audatia», Tomás de Aquino, Super Secundam ad Corinthios 5,2.

Paolo Martinelli

Seguir hoy a Cristo

Vida sacerdotal y consejos evangélicos

Edición y traducción de Gabriel Richi Alberti

© El autor y Ediciones Encuentro, S.A., Madrid, 2018

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Colección 100XUNO, nº 42

Fotocomposición: Encuentro-Madrid

ISBN epub: 978-84-9055-871-3

Depósito Legal: M-17500-2018

Printed in Spain

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ÍNDICE

Prólogo

A modo de introducción

1. Dar espacio a la reflexión

2. A propósito de vida sacerdotal y consejos evangélicos

3. El orden de los consejos

Capítulo I

La obediencia de la fe

1. La condición de la fe en nuestro tiempo

2. El redescubrimiento de la fe como acontecimiento de gracia y libertad

3. La obediencia como virtud humana del mismo Cristo

4. La obediencia, ley del hombre nuevo

Capítulo II

La pobreza del presbítero y la esperanza digna de fe

1. Presbíteros y pobreza evangélica

2. Cristo, esperanza digna de fe

3. La pobreza evangélica