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Francisco Ricardo Tángari Cabrera

Francmasonería : Los Misterios Velados y Alegóricos de sus Símbolos / Francisco Ricardo Tángari Cabrera. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2018.

   Libro digital, EPUB


   Archivo Digital: online

   ISBN 978-987-761-666-8


   1. Francmasonería. I. Título.

   CDD 366.1



Editorial Autores de Argentina

www.autoresdeargentina.com

Mail: info@autoresdeargentina.com



Mail del autor: franciscotangari@gmail.com

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

Impreso en Argentina – Printed in Argentina

A las ilustradas memorias

de mis abuelos


Francisco Tángari Aragona,

Albañil y Constructor


Ricardo E. Cabrera Martínez,

Diplomático y Maestro Francmasón


«Un système particulier de morale,

Voilée par l´allégorie et

Illustrée par des symboles»


The Rosslyn Hoax. P. 251.

Índice

Siglas y referencias

Algunas Siglas

Agradecimientos

A modo de prólogo

Prefacio

El tablero de la logia y la memoria de la logia

De las fuentes y de los ritos del tablero de logia

Cómo comprender el tablero de logia

Simbolismo y ritual

Simbolismo y ritual

Plan de estudio del libro

Capítulo i

El tablero de la logia

Forma simbólica

Forma alegórica

El esquema de la logia

La representación de las imágenes

Los inicios de la masonería especulativa

La logia

Trazado de la logia

El nomadismo de las logias

El tabernáculo de moisés

La memoria del rito masónico

El templo del viajero

Un catecismo de imágenes

Los primitivos tableros de logia

El catecismo de trois coups distincts, 1760

El tablero mixto de logia

Las tenidas de antaño

Capítulo ii

El templo de salomón

La entrada del templo de salomón

Las columnas en el templo de salomón y en las logias francmasónicas

Las columnas en los ritos masónicos

Las columnas en la biblia

Datos arqueológicos

Disposición de las columnas en el pórtico del templo

Aspecto de las columnas “j” y “b”

Significado de las columnas

El entorno simbólico del tablero de logia

El entorno simbólico del tablero de logia

El pavimento de mosaico (damero)

Las proporciones del pavimento de mosaico

Las tres ventanas de la logia

La orientación de la logia

Capítulo iv

Los elementos simbólicos

Las seis zonas del tablero de logia del 1° y 2° grado

El retejamiento de teissier

El retejamiento de vuillaume

Del trazado de la logia al tablero de logia

Rito de Emulación

Rito francés moderno (rfm)

Rito escocés rectificado

El tablero de logia en el rito escocés rectificado

La personificación del tablero de logia

Las diversas formas del tablero de logia

Capítulo v

El tablero de logia y la logia

Descripción del simbolismo de la logia

La bóveda celeste o estrellada y las pléyades

Las dos luces naturales de la logia

Los tableros de logia de 1° grado y de 2° grado

Simbolismo del tablero de logia mise en abyme

Descripción de los principales elementos simbólicos

Las tres luces de la logia

Las tres grandes luces de la francmasonería

Las joyas móviles

Las joyas inmóviles

Las joyas de los constructores

El delta radiante

La estrella flamígera

Los tres pilares y las tres luces menores

El parvis del templo de salomón

Capítulo vi

El simbolismo en el tablero de logia en los grados de aprendiz y compañero

El tablero de logia común al 1° y 2° grado

El tablero de logia en el grado de aprendiz

En el rito escocés antiguo y aceptado

El tablero de logia en el grado de compañero en el rito francés

En el rito anglosajón

El punto en el círculo

Capítulo vii

De la maestría

Rito de emulación

Primer grado – grado de aprendiz

El sueño de jacob la fe, la esperanza y la caridad

Segundo grado, grado de compañero

Tercer grado, grado de maestro

Capítulo viii

Análisis de los tableros de logia

El mandala y la thangka, el juego de la rayuela

Capítulo ix

Los grandes ritos masónicos

El rito escocés rectificado

El rito francés (rf)

El rito escocés antiguo y aceptado

Diferentes tableros de logia

Los tableros de logia en perspectiva

Conclusiones – palabras finales

Bibliografía

Sobre el autor

Siglas y referencias

Me permitiré indicar algunas de las siglas que encontraremos en la lectura de este libro, recordando que las siglas utilizadas en todo documento francmasónico están separadas por los tres puntos, conforme a los vértices de la figura de un triángulo isósceles, con el vértice hacia arriba en nuestro caso, no encontrando aquellos puntos con el vértice hacia abajo que corresponden a los documentos de la Orden Rosacruz.


Para las referencias y citas bíblicas se ha consultado y trabajado con la Biblia de Jerusalén, Edición Española (Editorial Desclée De Brouwer, S. A. 2006).

Algunas Siglas

A.·.L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·. =>     a La Gloria Del Gran Arquitecto Del Universo


B.·.R.·.L.·.S.·. =>     Benemérita y Respetable Logia Simbólica

R.·.L.·.S.·. =>     Respetable Logia Simbólica


R.·. =>     Respetable (en singular)

Q.·. =>     Querido (en Singular)

H.·. =>     Hermano (en singular)

TAF.·. =>     Triple Abrazo Fraternal


RR.·. =>     Respetables (en plural)

QQ.·. =>     Queridos (en plural)

HH.·. =>     Hermanos (en plural)


Or.·. =>     Oriente

V.·.M.·. =>     Venerable Maestro

Vig.·. =>     Vigilante

Secrt.·. =>     Secretario

M.·. M.·. =>     Maestro Masón

REAA =>     Rito Escocés Antiguo y Aceptado

RER =>     Rito Escocés Retificado

RF =>     Rito Francés

Agradecimientos

Consagrando este trabajo A.·.L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·. dedico y comparto este entusiasmo, deseando que sea de provecho y de útil interés a mis RR.·. y QQ.·. HH.·. de los Valles de Buenos Aires y de Lima, faltaría a la verdad sino reconociera en ellos a los maestros que han colaborado en esta titánica tarea.


A los hermanos francmasones que me han aconsejado e ilustrado sobre las temáticas desarrolladas en este libro, los muy respetables hermanos Fernando Pazos, Jorge Gini y Hugo Corazzini que creyeron y aún creen en el potencial de este trabajo, el que llevó varios años de estudio acompañándome con la crítica erudita y reconociendo en ellos a mis hermanos de la R.·.L.·.S.·. Paideia N° 500 del Valle de Vicente López, de la República Argentina, quienes me brindaron el incondicional estímulo fraterno a poco de ingresar en ella.


Siendo que nuestra Augusta Orden radica en la fraternidad universal, saludo y agradezco a mis Respetables y Queridos Hermanos de la B.·.R.·.L.·.S.·. Luz de Renacimiento N° 139 del Valle de Lima, en La República del Perú, quienes frente a la oscuridad de los tiempos me revelaron la ilustración misma, con la cual me exaltaron y donde también fui abrazado por la lealtad altruista, el entusiasmo y esas sinceras compañías, enseñándome así el Cántico Gradual de David.



Al Respetable Hermano Alfredo Noriega, presidente de la ADAEM (Academia de Altos Estudios Masónicos) de la G.L.P. quien me instruyera con los grados simbólicos, con el Catecismo francmasón junto a los Muy Queridos Hermanos que componen tal prestigiosa y reconocida academia para los estudios masónicos frente al adelanto y exaltación en los grados simbólicos.


Al Muy Respetable Hermano Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo Del Grado 33 para la República del Perú, I.·. y M.·.P.·.H.·. 33° Luis Atilio Ramírez Vidaurre, fraternal hermano, quien me acompaña e instruye en una nueva etapa de mi vida francmasónica hacia el camino del escocismo.


Al Muy Respetable Hermano José Guzman Estrada, Ex Gran Guarda Mayor y Ex Gran Primer Vigilante de la G.L.P. quien me abrió su rica biblioteca francmasónica con aquellos incunables de los siglos XVIII, XIX y XX de la literatura francesa e inglesa, por su siempre paciencia, siendo esta una luz encendida frente a mis dudas durante la investigación, dado que este trabajo se elaboró casi en su totalidad en la ciudad de Miraflores, Perú, durante mis años de residencia en Lima.


Al bibliotecario de la Gran Logia de los Antiguos Libres y Aceptados Masones para la República del Perú (G.L.P), Sr. Eduardo Sigueñas Sánchez quien me facilitara y obsequiara también los libros que fueron de consulta en aquellas largas horas en la biblioteca de la G.L.P.


A los Hermanos de las Logias de Bolivia, de Chile, y de Perú, donde vivo el fiel sentimiento de la fraternidad logial en mis visitas, la confraternidad francmasónica y el cultivo del espíritu francmasón y por el gran apoyo incondicional recibido de ellos para la realización de este trabajo.


Al Muy Respetable Hermano “J. H.”quien me abriría las puertas a la biblioteca de la Gran Logia Unida de Inglaterra y me facilitara los archivos históricos de las antiguas cofradías y los documentos relacionados con los antiguos canteros.


A los RR.·. y QQ.·. HH.·. de los Or.·. de España; al R.·.H.·.“R.D.” del Instituto Masónico Francés en París, Francia. A los QQ.·. HH.·. del Oriente de Italia, en especial a mi también querida Logia “I Pitagorici” en la ciudad iniciática y masónica de Crotone, en la Italia meridional —ciudad del mismo Pitágoras— y en esta, al muy Q.·.V.·.H.·. Stanislao Dima.


Finalmente a mi compañera Carina Laura Macri quien paciente ha convivido en largas noches entre libros y más libros junto al tipeo del teclado de mis computadoras, ayudándome con con todo el material recogido, los borradores y frente a las amenazas que representaban las traducciones del francés y del inglés al español; a mis padres que me enseñaron el amor por el estudio y a mis hijos Juan Francisco y Mateo Alessandro a quienes les quité horas de juego, de estudio y de paciencia.


A todos Uds. RR.·. y QQ.·. HH.·. mi sincero TAF.·. y al público lector en general mi agradecimiento.


Francisco Ricardo Tángari Cabrera

Maestro Francmasón

Diciembre de 2018

Prefacio

La abundante bibliografía que he podido recoger respecto de un tema tan central y apasionante para nosotros los masones, como lo son en particular los misterios velados y alegóricos de los símbolos de la francmasonería, los mismos que encontramos tanto en la Logia, como también y en su conjunto representados dentro del mismo Tablero de Logia, me han motivado a reunir en este trabajo las experiencias que recogí en mis diferentes viajes, por los diversos Orientes Masónicos. He aprendido el significado, transitando las vivencias y recogiendo las herramientas mismas de los antiguos canteros entre los hermanos masones de diferentes Logias y diferentes Ritos; del mismo modo el significado de cada uno de aquellos símbolos y que revisten a su vez los diferentes Tablero de Logia (TdL)1.


Reunir y analizar una determinada colección de los TdL y a su vez su simbología masónica es tomar una pequeña porción de los procesos históricos que atravesó nuestra Orden desde la noche misma de los tiempos. Seguramente habrá otros estudios que acompañen los viajes a los cuales nos invita cada tenida y cada TdL, en los que nos identificamos como “masón” o “francmasón”2 ; pero, como dije al principio, la abundante bibliografía con la cual me encontré en diferentes Orientes, me provocan este entusiasmo, el de compilar en español, los textos y estudios que al respecto encontré en Italia, Inglaterra, y mucho más en el Gran Oriente de Francia, donde la literatura es amplia, vasta y tal vez, la más enriquecida y mejor compilada. Todo esto nos abre un mundo propio de investigación y de estudio, que profundiza aún más nuestra vocación y nos obliga a la práctica; práctica que, como francmasones, en primer término nos lleva a abocarnos al estudio de nuestra propia filosofía3 de trabajo.


Para esta filosofía de trabajo y reconociendo en cada tenida aquello que nos ha sido entregado en herencia, debemos atravesar también las transformaciones que ha sufrido nuestro TdL, incluyendo la razón de su existencia, descubriéndonos dentro de sus propios contextos metodológicos, sean tanto culturales como estrictamente francmasónicos.


El estudio sobre nuestros TdL es, en este trabajo, el desarrollo metodológico de su análisis: revisar su historia y, de forma descriptiva, buscar y percibir el significado que despierta cada uno de estos, como así también las herramientas y cada símbolo que descubriremos en ellos. Este es un amplio material para la inspiración propia del “Gran Secreto” que cada hermano francmasón cultiva en su inquietud y en su propio espíritu.


Para descubrir en cada uno de los TdL, sus simbologías y las propias herramientas de trabajo, no podemos dejar de adentrarnos mínimamente en la investigación de los Ritos Masónicos, también llamados “Sistemas” (“Dits aussi Systemas”)4 —sean el Rito Escocés Rectificado (RER), Rito Escocés Antiguo y Aceptado (REAA), Rito Francés (RF)— y tratar de adentrarnos también, más allá del comienzo del siglo XIX, dado que muchos de estos Ritos aún se practican, debiendo atender entonces con precaución, pero también con espíritu crítico, el contenido de este trabajo —es por ello que les pido a los RR.·. y QQ.·. HH.·. que se aventuren en la lectura de este libro—.


La práctica francmasónica nos despierta el entusiasmo, aquel que a través del conocimiento y de la revelación de las últimas décadas (no solo en Francia, Inglaterra e Italia, sino también en Perú, Chile y Argentina) me han permitido descubrir un auge creciente de literatura masónica, todo esto evidenciado en libros especializados y revistas propias de Logias o de los Grandes Orientes. Desde estas publicaciones debemos profundizar nuestro estudio y fundar sobre los antiguos misterios, como así también, en un concepto más amplio, sobre nuestros Landmark, las prácticas de cada uno de nuestros Ritos, partiendo del principio cierto —les tenue maconnique ils n’existent pas, sans le sans Tableau de Loge, sans ce support symbolique placé eu milieu du temple5. Estos TdL ya habían llamado la atención de algunos investigadores, tanto hermanos francmasones, como aquellos que desde la condición profana tratan de inmiscuirse en nuestra Orden y en sus misterios, descartando y desconociendo el significado simbólico y alegórico de la misma, desvirtuando así el fin iniciático de nuestra Orden y el misterio de sus simbolismos.


El estudio de los símbolos y de las alegorías que aparecen —por ejemplo— en el TdL implica un viaje dentro de este mismo, permitiéndonos penetrar en el corazón del templo masónico, al cual estamos invitados todos los albañiles y constructores a partir del momento en el cual avanzamos en nuestro juramento hacia la vida iniciática. Al constituirse, la Logia reviste en su condición simbólica al “Templo Consagrado”, con la finalidad de unir a los francmasones que glorificarán sus trabajos.


Desde el siglo VXIII no va a existir una Logia Masónica que no lleve a cabo sus trabajos sin el TdL, el que viene a vestir con su representación simbólica el centro del templo, junto al Ara donde estará el Libro de La Ley Sagrada, que también conforma —como sabemos— con la Escuadra y el Compás las Tres Luces Mayores, sin las cuales tampoco existe la Logia constituida o consagrada.


Será entonces a partir del mismo comienzo de la masonería especulativa hacia 1717 y trabajando los francmasones en las Logias cerradas o a cubierto, cuando el TdL se comenzó a colocar en medio del templo, sobre el pavimento de ajedrez o “damero” —el cual está delimitado, a su vez, por un borde dentado—, y conformará un espacio de carácter particular, alegórico y simbólico.


En representación de las herramientas y los símbolos masónicos de cada grado, estarán presentes y serán con los cuales se desarrollarán los trabajos de la tenida masónica6. No obstante, debe estar presente el TdL, que viene a ilustrar la memoria gráfica de cada Grado y de cada Rito, llevando dentro de sí la representación y los objetos de la decoración del templo, y es en este TdL donde los hermanos iniciados podremos ver la Logia constituida durante y solo mientras se lleva a cabo la realización de los trabajos durante la tenida masónica.


Solo los iniciados en los misterios podremos interpretar las imágenes del TdL y, como hemos dicho, solo podremos hacerlo durante nuestros trabajos logiales. Al momento de reunirse los hermanos francmasones se daba a conocer el punto geométrico (lugar donde se desarrollará la tenida) y en un momento específico de la ceremonia, en el momento de la apertura de estos trabajos, el TdL recién era descubierto o trazado por el Maestro de Ceremonias. Varias fuentes mencionan las formas en la cual el TdL era trazado con tiza sobre el suelo o trazado sobre la tierra, con el fin de poder ser borrado al final de la tenida. Un ejemplo de esto lo rescatamos del libro Les Franc Maçons Écrases, de Larudan, publicado en Ámsterdam en 1747, que precisa:


En todas las Logias, en los grados de aprendiz, compañero o maestro, o así también cuando se trata de alguna recepción, se debe trazar con tiza sobre el suelo de la Logia, determinadas figuras que representarán el Templo de Salomón, sea en su totalidad o en parte. El deber de los aprendices es lavar las figuras trazadas en el pavimento.


La divulgación francesa La Franc-Maçonne de 1744, describe, por su parte:


Se puede ver a través de la ventana un hermano tomar de su bolsillo una tiza blanca y utilizarla para trazar sobre el suelo un círculo, una estrella de cinco puntas dentro del círculo y un hombre dentro de la estrella.



¿Podríamos afirmar entonces, que el tablero se corresponde con la Logia misma, y evoca a la vez, los misterios teóricos y alegóricos de sus símbolos?


Para los masones operativos (maestros, constructores y albañiles) de la Edad Media, el trazado de un diseño o de una plantilla de replanteo (tamaño en escala en un área menor) de los trabajos, era aquel que realizaban por medio de un dibujo mediante golpes, imprimiendo un esquema en la tierra misma, ayudados a la vez por cuerdas de colores y líneas que completaban la representación, por lo tanto, los dibujos y el mismo cuadro serán efímeros y eliminados al final de la Tenida. El establecimiento del TdL inaugurará o dará inicio a la reanudación de los trabajos masónicos, ayudándonos en la compresión discreta e iniciática de los símbolos, permitiendo también aislar este conocimiento o interpretación de los ojos profanos.


El francmasón en el momento en que se coloca el mandil, antes de comenzar los trabajos, está simbolizando la superación de las contingencias del mundo profano, separando así el mundo secular del mundo iniciático al que penetrará en el momento de inaugurar la Logia. Antiguamente en las representaciones pictóricas del mandil (como todavía se utiliza en algunas logias europeas) va a estar representado el TdL correspondiéndose con el grado propio del francmasón que lo viste, como así también de la ceremonia que hace a la Tenida.


Tanto el mandil como el TdL son los dos objetos que forman parte de la identificación del hermano francmasón, de modo que, no siendo accesibles para el profano, serán las vestimentas esenciales para llevar a cabo los trabajos masónicos, que se extenderán o plegarán en virtud de la consideración del espacio consagrado para sostener el Egregor de la Logia.

El tablero de la logia
y la memoria de la logia

“El francmasón utiliza implícitamente la técnica del arte de la memoria”, (según nos lo relata Dominique Jardin en su libro “Voyages dans les Tableaux de Loge”):


…aquello le permite hacer un viaje sobre los símbolos de una manera concreta y así reconocerlos. Esta forma espacial o la interpretación de la axonometría de los elementos simbólicos se fundamentan en el espacio de la arquitectura a partir de la cual se terminará por recrear el concepto del Templo de Salomón en el mismo TdL que se ha memorizado”.7


Este complejo sistema lo fundamentamos en la idea, en la cual es más fácil memorizar aquello que se observa o se percibe. Por lo tanto, será así de fácil volver a relacionar o plasmar la idea o el concepto. Además, si este sistema permite que las imágenes permanezcan fijas en determinados lugares, también pueden ser mentalmente borradas y sustituidas por otras imágenes para una práctica diferente o para otras liturgias dentro de otros conceptos, de espacio, de tiempo, de Rito y/o de Ritual.


Las imágenes visualmente representativas se colocan en lugares que permiten asociarlas con la idea o el argumento que debe recordar —por ejemplo, el Hermano Orador—. Esta técnica permite a los hermanos oradores rescatar de su memoria los elementos de su discurso mediante la identificación de las piezas que se suceden delante de su vista, siendo una forma ideal de la recreación, en este caso, ante la presencia del Tablero de Logia.


Después de la Edad Media, este “Arte de la Memoria” se expresará con mayor presencia durante el Renacimiento, cuando se despierta el interés de esta disciplina en sí misma y asociada con la retórica que va a concebirse en el hermetismo.


La visualización de un espacio arquitectónico materializado, sobre formas e imágenes, provocarán un viaje intelectual o aquello que el proceso masónico invita a recorrer mentalmente en la forma meramente especulativa, en, y dentro del Templo de Salomón. Por ello no es casual que las iniciaciones masónicas se lleven a cabo en templos o en lugares dispuestos o verdaderamente consagrados. El templo en sí se convierte, destinado con su ornamentación y con su decoración, generando la escena para la cual se consagrará el Ritual.

De las fuentes y de los ritos
del tablero de logia

Los antiguos Rituales sostienen que el origen de los símbolos y tradiciones masónicas se pierde —como nuestra misma Orden— “en la noche de los tiempos”, existiendo desde la iniciación, como advertimos en todos los Ritos, que “el primer Gran Maestro fue el Gran Arquitecto del Universo”.


Estas declaraciones simbólicas le van a dar a los Ritos el marco mitológico generando una estructura sobre la cual el simbolismo adquiere el sentido alegórico y la impronta cosmológica a vocablos como “Oriente”, “Gran Maestro”, “Logia”, etc. y que va a exceder tanto a las lecturas religiosas como a las meramente históricas. Profundizando y recurriendo a la misma historia podremos comprender el sentido verdadero de lo alegórico y de lo cosmológico en los TdL. Esta historia de la masonería unida también a los Ritos y a las leyendas que las revisten, podemos dividirlos en tres “eras”: La de los “Operativos”, la de los “Aceptados” y la de los “Especulativos”.

La de los operativos, se perderá efectivamente en la noche de los tiempos, y comprende desde los arquitectos dionisianos de Fenicia hasta las corporaciones o gildas de canteros medievales; pasando —sin duda— por las escuelas de los artesanos en la antigua Roma.


La de los aceptados, abarcando aproximadamente desde el siglo XVII, cuando individuos ajenos al “Oficio” fueron iniciados en las Logias Operativas, comenzando un proceso de diferenciación entre los Operativos y los Aceptados.


Y la de los especulativos, sin duda va a comenzar el 24 de junio de 1717 proyectándose hasta nuestros días.


Entonces no cabe duda que desde aquellos “Operativos” —con sus herramientas—, pasando por los “Aceptados” para llegar finalmente a los “Especulativos”, la tradición, el Rito y el Ritual evolucionarán hacia los símbolos, representando aquellas mismas herramientas de los Operativos. Por ello para la elaboración de los Grados masónicos y por consiguiente de los TdL podemos observar a través de la propia historia, los tres grandes tipos de corrientes; las Operativas, las Religiosas y las Esotéricas, sin desvincularlas de las eras mencionadas.


Las puramente Operativas; pueden ser identificadas por la simbología que representan las herramientas de los albañiles operativos (albañiles de profesión) inmediatamente identificadas en las imágenes de los primeros grados y en cambio muy discretos o ausentes en los textos de los rituales de los grados superiores.


Las puramente Religiosas; están conformadas de acuerdo a los grados del Antiguo o Nuevo Testamento, en formas diferenciadas según las épocas; estas hacen referencias a Noé y a la Trinidad, con los emblemas religiosos (especialmente jesuitas). Las imágenes muestran las características de determinadas iconografías religiosas de la época; especialmente durante la época de los masones aceptados.


Las puramente Esotéricas; estas son más delicadas en su tratamiento e interpretación, dado que no existe el esoterismo en sí mismo, sino que comprende un campo propio dentro de la francmasonería, estando asociadas a este esoterismo, la alquimia, la hermética, el paracelsismo, la kabbalah judía y la cristiana, la teosofía y el rosacrucismo. Será en el siglo XVIII cuando los francmasones —especulativos— de los altos grados, se van a ocupar de los temas que incumben a este hermetismo esotérico, partiendo de la influencia del dios Hermes, y de las ideas del sabio Pitágoras.


La expresión iconográfica reconocida en otros TdL, nos ilustrará la memoria, dado que la tipología siendo algo artificial, se entrelazará o confundirá con las imágenes religiosas, especialmente con aquellas del Antiguo Testamento, cuando el Antiguo Testamento se convierte podríamos decir— en la principal fuente de muchos rituales y motivos iconográficos. La Biblia Pauperum 8 fija así la iconografía viable de la Resurrección de Cristo. Desde una tumba vemos a Cristo con la bandera en la mano izquierda y bendiciendo con la mano derecha, iconografía que vamos a encontrar en algunos TdL.


De otras fuentes, como así el anuncio de la expiración, las señales de la devoción, las ilustraciones de libros religiosos o de historias religiosas, tienen también su lugar en la imaginería alquímica, teniendo un gran protagonismo en la construcción de un lenguaje icónico, en estos motivos figurativos.



Otros TdL presentarán un bestiario dominado por aves reales o míticas, como el águila, el pelícano o el Ave Fénix, pero también encontramos animales menos esperados, como monos o leones. Aparecerán cuerpos de la esfera celeste, como el Sol y la Luna, que serán la iconografía más frecuente y acompañará a la Escuadra y al Compás.


Las imágenes de las herramientas de construcción se descubren con regularidad en las fuentes citadas: estas permanecerán presentes en la iconografía de los altos grados, mientras que desaparecerán de los textos en los rituales de estos mismos grados. Como en la heráldica, fuente de los escudos de armas, lo será así también de las herramientas y de los símbolos de los diferentes grados de la masonería. Muchos de “los pequeños elementos” en este lenguaje heráldico, como las gotas de sangre, las estrellas, las cruces, las medias lunas, los soles, etc. también vamos a encontrar estas imágenes en monedas feudales y en grafías de santos como San Andrés y San Juan, quienes ilustran las señales de la peregrinación; estas van a tejer una red de patrones y motivos representativos en los Tableros de Logia, más no a través de una impronta explícita sino a través de motivos que influyen asimismo sobre el arte popular.


La recolección de diferentes representaciones ofrece otro gran caudal de inspiración para las ilustraciones de los TdL, en particular las obras de J. Boshius, Symbolographia, de 1702; de G. Rollenhagen, Nucleus Emblematicum, de 1611, y de Théodore de Béze, Emblemata, de 1580. En el emblema original de estas referencias encontramos la combinación entre el cuerpo y el alma; existe un grabado y un epigrama o frase que va a conceder una gran importancia al lenguaje sagrado de los jeroglíficos. La imagen debe conservar un elemento de misterio y otro de maravilla; respecto a estos, en el trabajo de Typotius Symbola Divina et Humana Pontificum Imperatorum regnum, de 1601, van a ser de vital importancia, puesto que estos emblemas ayudarán a clasificar los símbolos (piedra cúbica, compás, escuadra, etc.) y las herramientas de la “masonería azul”9 .


Cómo comprender
el tablero de logia

Para la comprensión correcta del TdL, es importante la clasificación de los tableros mismos y de los Rituales masónicos, cuando aquellos se recopilan o son inspirados de acuerdo a los grados que representarán dentro del Rito.


Todas estas referencias tomadas de otros autores son y conformarán un verdadero emblema masónico, con sus símbolos y también con sus lenguajes gramaticales. Facilitar una clasificación nos permite reagrupar los Tableros de Logia respecto de la denominación de los diferentes grados, que han servido como modelos para los grados de los diferentes Ritos establecidos en 1804, en su denominación de Grado, llevado a cabo por el REAA (Rito Escocés Antiguo y Aceptado). Desde ya que todas estas pueden ser reconsideradas, en particular aquellas clasificaciones que se reagruparán a posteriori y con otras denominaciones o títulos que dejaron de ser los originales, nosotros denominaremos TdL a los que tienen literalmente la legibilidad propia para poder interpretarlos y profundizarlos independientemente unos de los otros.


Dentro del TdL, otras lecturas, colores y estéticas pueden intervenir, impresionándonos plenamente en su contenido, por su sola y simple belleza interesante y ornamentada. Pero más allá de estas consideraciones, más allá de su inserción en el campo de las Artes, todos estos TdL están vinculados por el deseo de la belleza que adornarán y que formarán parte de los rituales de la Logia; serán objetos de críticas históricas dentro del propio contexto, en nuestro caso para la iconografía considerada como ilustrativa. Tal contexto no siempre es fácil de procesar al no poder precisar la fecha de los tableros, como tampoco sus autores, los que raramente son conocidos. Ciertos TdL son de fechas aproximadas y muestran en sus patrones o símbolos orgánicos la antigüedad de los Ritos o Rituales a los que pertenecen; por ello siempre debe ser tomado con prudencia tanto el análisis como su interpretación.


La fecha de un Ritual siempre debe considerarse con cautela, ya que los nuevos Rituales vuelven a copiarse de unos a otros; algunos textos de 1780 recopilan y copian rituales de la década de 1750, para así simplificar su utilización. Del mismo modo, utilizamos en este trabajo las citas que nos indican las referencias de estos TdL, Rituales y/o Ritos, a menos que se indique lo contrario. El Ritual de Kloos del siglo XVII, lo tomaremos como Ritual de referencia, siendo la primera versión impresa del REAA en 1804.


Las siguientes imágenes corresponden a los Tableros de logia diseñados por John Harris y que fueron presentados al Duque de Sussex en 1836, siendo Primer Gran Maestre de La Gran Logia Unida de Inglaterra.


NOTAS DEL CAPÍTULO


1 Por comodidad, utilizaremos la abreviatura “TdL” para denominar al Tablero de Logia a lo largo del libro.

2 “Francmasón” es el nombre que se da a los afiliados o miembros de la francmasonería; llámasele también masones, pero ésta no es una acepción tan propia de la índole de la Institución. Según Ragón (Jean-Marie Ragon de Bettignies, 1781-1862, miembro de El Gran Oriente de Francia) el título calificativo de “masón” sólo debe aplicarse a los obreros constructores o miembros de corporaciones de albañilería o arquitectura material, en tanto que “francmasón” es el nombre del constructor libre, emancipado, moral, simbólico y que por lo mismo construye solamente la obra filosófica y regenerada de la humanidad (Diccionario Enciclopédico de la Masonería [1962]. Buenos Aires: Kier).

El término compuesto “Franc-masón” surge por primera vez en 1375 —según otros escritos, aun antes de 1155—. El primer significado normalmente deriva de “libre albañil”, “labrador de piedras”, que era un albañil que esculpe con hacha o construye con piedra (ornamental) labrada en oposición a un albañil tosco (piedra no labrada). Esta deducción, aunque concuerde con el significado del término, pareció inaceptable a algunos eruditos. Aunque también se propuso interpretar la palabra “francmasones” como referente a aquellos masones que reivindicaban la exención de la autoridad de las cofradías locales en las ciudades donde temporalmente se establecían.

De acuerdo con esta sugerencia el Nuevo Diccionario Inglés de la Sociedad Filológica (Oxford, 1898) favorece la interpretación de francmasones como artesanos expertos, emancipados, según la práctica medieval, de las restricciones y del control de las cofradías locales, de tal manera que podían viajar y prestar servicios dondequiera que cualquier gran edificio (catedral, u otra obra de gran magnitud) estuviera siendo construido. Estos francmasones formaron un gremio universal para ellos mismos, con un sistema de señas secretas y contraseñas por las que un artesano, que había sido admitido por haber demostrado la competencia de su arte, podía ser reconocido. Ante la decadencia de la arquitectura y de las construcciones góticas, este gremio se fusionó con las cofradías de masones.

3 Jardin, Dominique (2011). Voyages dans les Tableaux de Loge, Histoire et symboles. Paris: Godefroy.

4 Ibid.

5 “Las tenidas masónicas no existirán sin el Tablero de Logia, sin el apoyo simbólico ubicado en el medio del templo”.

6 La Tenida, como bien sabemos, es una asamblea o reunión de masones que se efectúa siguiendo los pasos establecidos en la liturgia de acuerdo al Grado y Rito. Las Tenidas o trabajos masónicos se diferencian de cualquier otra asamblea o reunión profana, por el ceremonial utilizado, el cual desde su apertura hasta el cierre de los trabajos, se rige por El Ritual debidamente establecido.

7 Ibid.

Todas las citas de libros en idioma extranjero consignados en la bibliografía fueron traducidas por el autor.

8 En latín, “la biblia de los pobres”. Es una colección de imágenes que enfrentan escenas de la vida de Jesús con las correspondientes paralelas a las de la historia antigua de Israel (Antiguo Testamento y Profetas), que según la tradición cristiana son anticipaciones de la vida de Cristo. Esta biblia se desarrolló con fuerza a finales de la Edad Media. Buscaba representar la Biblia visualmente, pero de forma diferente a una simple ilustración de la misma; en lugar de que las imágenes estén subordinadas al texto, aquí es al revés, las imágenes tienen un breve texto o no lo tienen en absoluto. Las palabras habladas por los personajes en las miniaturas salen escritas en rollos de pergaminos que parecen salir de sus bocas, como si de una historieta moderna se tratara. Esta forma es una simplificación de las Biblias moralizantes, que se pueden considerar similares, pero con más texto. Como estas, las Biblias pauperum estuvieron escritas en la lengua vernácula, en lugar del latín. Originalmente no se les llamó así a estas biblias, sino que el el término fue acuñado muchos siglos después. Algunos también las han llamado “biblias pictas”, es decir, biblias dibujadas (de la raíz “picta”, referente al dibujo o pintura).

9 Entendemos como masonería azul, a la que componen en la francmasonería los tres Grados Simbólicos —Aprendiz, Compañero y Maestro—. Probablemente responde esta designación a una herencia del Rito Francés, que se conoce también como Rito Azul, por ser este el color de la ornamentación y decoración de sus Logias. El color azul era considerado un color “masónico” por la Gran Logia Unida de Inglaterra. Según Wassily Kandinsky —pintor ruso, precursor del arte abstracto en pintura y teórico del arte— dirá que: “el azul es a la vez un movimiento de alejamiento del hombre y un movimiento dirigido únicamente hacia su propio centro que, sin embargo, atrae al hombre hacia lo infinito y despierta en él un deseo de pureza y sed de lo sobrenatural”.