LA CLAVE

10 reglas
inquebrantables
para construir
un negocio exitoso

Basadas en las enseñanzas de:
Napoleón Hill, Benjamín Franklin, James Allen,
J. Paul Getty, Wallace Wattles, Dr. Camilo Cruz,
Russell Conwell, Orison Marden,
R. W. Emerson, M. A. Peale y Daniel Richards

 

TALLER DEL ÉXITO

LA CLAVE
10 reglas inquebrantables para construir un negocio exitoso
© 2013 · Taller del Éxito Inc.

 

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Editorial dedicada a la difusión de libros y audiolibros de desarrollo personal, crecimiento personal, liderazgo y motivación.

 

 

ISBN 10: 1-607382-17-2

ISBN 13: 978-1-60738-217-1

02-2013-11-22

 

 

INTRODUCCIÓN

 

¿Cuál es la clave del éxito en los negocios? ¿Qué debemos hacer y qué debemos evitar para crear una empresa exitosa? ¿Comparten los empresarios habilidosos aptitudes especiales que los caracterizan y los distinguen de los demás?

Para responder a estas preguntas hemos desarrollado un práctico manual de negocios con las enseñanzas de algunos de los empresarios, pensadores y emprendedores más influyentes en el mundo de los negocios.

Las diez reglas presentadas en esta obra son de tal importancia para el éxito de cualquier empresa, que se les ha asignado el adjetivo de “inquebrantables”. Como descubrirás, ninguna de ellas se refiere específicamente a los mercados, la economía, los productos o las tendencias globales. En cambio, todas se centran en la persona, en el ser humano, hombre o mujer, joven o viejo, con educación escolar o sin ella, que ha tomado la decisión de comenzar su empresa. La razón es simple: la causa que más influye en el éxito o el fracaso que experimentan los negocios, tiene que ver con la actitud y la manera de pensar de las personas que los comienzan.

Éste es, sin lugar a dudas, el mejor manual del éxito en los negocios que hay en el mercado. En conjunto, los autores aquí citados han escrito más de un centenar de libros. Estamos seguros que esta obra enriquecerá la vida de todo emprendedor que desee ser una fuerza positiva en el crecimiento de su negocio y su organización.

—El Editor

Capítulo 1

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El concepto de la mentalidad millonaria

Por J. Paul Getty

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Toda persona desea triunfar, independientemente de lo que esto pueda significar para ella. Todos queremos tener familias exitosas, hijos triunfadores y una relación de pareja ideal. Buscamos la libertad financiera, la salud óptima y la paz y tranquilidad de saber que estamos viviendo una vida balanceada.

En nuestro negocio, aspiramos a conquistar los mayores niveles de productividad, a construir una empresa que perdure a través del tiempo y nos permita lograr la libertad financiera que tanto deseamos. Nadie comienza un negocio pensando en fracasar. Sin embargo, muchos de los negocios que empiezan, fracasan.

Muchas veces la razón es simple: no teníamos la menor idea del mercado en que estábamos entrando, no contábamos con el capital suficiente o el negocio en cuestión era simplemente una mala idea. Otras veces la razón puede ser un poco más compleja: tendencias económicas totalmente fuera de nuestro control hicieron que el negocio fracasara.

Sin embargo, la causa más común del fracaso en los negocios no es ninguno de estos factores. La causa que con mayor frecuencia condena a muchos negocios al fracaso es la actitud y la mentalidad de las personas que los comienzan. Con su manera de pensar, muchos empresarios se convierten en los peores enemigos del éxito de su negocio. Por esta razón, he llegado a la conclusión que para triunfar en los negocios y para lograr las metas financieras que perseguíamos al empezarlos es necesario desarrollar una “mentalidad millonaria”.

En general, en lo que respecta a la búsqueda de la libertad financiera, podemos decir que hay cuatro clases de personas.

Primero, están aquellas que son más productivas y trabajan mejor cuando lo hacen para sí mismas en su propio negocio. Después se encuentran las que, por diversas razones, no desean lanzarse a los negocios por su cuenta, pero siempre buscan ocupar puestos prominentes en sus empresas, obtienen los mejores resultados y como consecuencia de ello, participan en los beneficios de las empresas para las cuales trabajan. En la tercera categoría se encuentran los individuos que sólo aspiran a ser empleados asalariados, son reacios a correr riesgos y se conforman con la seguridad de un salario. Finalmente, están aquellas personas que nunca parecen estar motivadas por ninguna necesidad ni deseo de surgir y se conforman con lo poco que tienen.

Es indudable que hay una manera de pensar que ofrece a ciertos individuos mejores opciones de triunfar que a otros y es la mentalidad millonaria que suele encontrarse entre las personas de la primera y segunda categoría, muy rara vez se encuentra entre aquellos de la tercera categoría y es totalmente inexistente entre las personas de la cuarta. Más importante aún, es comprender que toda persona tiene la opción de decidir en qué categoría desea encontrarse.

La lección es sencilla: Todos tenemos la opción de elegir cuál será nuestro destino, y éste siempre será moldeado por nuestra manera de pensar. Si queremos triunfar financieramente, la libertad financiera debe dejar de ser algo que sería bueno poder alcanzar y debe pasar a convertirse en un hecho que tiene que ocurrir en nuestra vida.

Cómo desarrollar una mentalidad millonaria

Si la idea de lograr la libertad financiera no es una prioridad en tu vida, tu mente no va a estar alerta a todo aquello que te pueda ayudar a alcanzarla. Si de antemano no has programado tu mente con la firme decisión de vivir una vida de abundancia ¿cómo esperas que ella sea tu aliada en esta aventura?

Si programas tu mente con principios de éxito, ella se encargará de mostrarte el camino a la riqueza y de mantenerte alerta, agudizando todos tus sentidos para que logres captar con mayor facilidad toda la información que pueda estar relacionada con tu éxito.

Si utilizas afirmaciones positivas respecto al nivel de abundancia que deseas obtener en tu negocio; si te concentras en metas específicas sobre el número de asociados con el que deseas contar, el número de clientes o volumen de ventas que deseas experimentar, refiriéndote a ellas como si ya fuesen una realidad, estarás agudizando tus sentidos para que estén alertas a aquellas oportunidades que de otra manera podrían pasar inadvertidas.

¿Te has dado cuenta, por ejemplo, que los millonarios parecen percibir las oportunidades antes de que éstas sean evidentes a las demás personas? Rara vez se les escapa una de ellas, debido a que poseen una mentalidad de riqueza.

Tú puedes hacer lo mismo. Todo comienza con una descripción clara y precisa de aquellas áreas de tu vida en las que deseas experimentar abundancia, siendo lo suficientemente específico en cuanto al nivel de riqueza que deseas crear. ¿Cuánto dinero deseas ganar? ¿Quieres empezar tu propio negocio? ¿Cuándo? ¿Qué piensas dar a cambio? ¿Cómo va a beneficiar la creación de esta riqueza la relación con tu familia, con tus hijos o con los demás?

En otras palabras, la libertad económica no puede limitarse simplemente a decir “quiero tener mucho dinero”. Primero tienes que crear una imagen mental clara de tu vida en un estado constante de abundancia. Piensa como pensaría una persona para quien la libertad financiera es ya una realidad. Camina como lo haría alguien que goza de abundancia en su vida. Exprésate como si ya poseyeras toda la riqueza que quieres crear en todas las áreas de tu vida.

Muchas personas podrían argüir que la dificultad para lograr el éxito financiero en ciertos países o regiones del mundo, se encuentra en los enormes problemas que enfrentan dichas economías. Sin embargo, cabe anotar que bajo esas mismas circunstancias, cientos de miles de personas y empresas se las ingeniaron para crear grandes fortunas.

Una gran mayoría de estos empresarios y emprendedores han sido seres comunes y corrientes que decidieron darle un vuelco total a su vida porque simplemente estaban cansados de vivir endeudados. Ellos estaban cansados de ganar apenas lo suficiente para sobrevivir y se rehusaron a continuar viviendo de cheque en cheque.

Muchos de nosotros creemos que los empresarios exitosos estaban predestinados para triunfar, que poseían un gene especial o una habilidad innata para los negocios, o que heredaron de sus padres el talento para negociar. Sin embargo, si analizamos la vida de los empresarios más exitosos que han existido a lo largo de la historia, veremos que han sido personas comunes y corrientes. Y todo aquel que esté dispuesto a desarrollar esta mentalidad millonaria podrá obtener los mismos resultados.

Es muy común escuchar a la gente quejarse de que los ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada vez más pobres. Para esas personas, ésta es una de las mayores injusticias sobre la faz de la tierra; para mí, no es más que el resultado de una decisión personal. Y aunque esta aseveración pueda parecer un tanto insensible, lo cierto es que pese a que aproximadamente un 80% de las riquezas del mundo se encuentran en manos de un 20% de las personas, si juntásemos todas esas riquezas y las repartiésemos equitativamente entre cada uno de los habitantes del planeta, en cinco años dichas riquezas estarían en las manos del mismo 20% inicial.

Proyecto Talento,

En el caso de veinticuatro pianistas de fama mundial, por ejemplo, se encontró que el período de tiempo promedio transcurrido entre la primera lección que tomaron y el primer premio o reconocimiento internacional recibido, era de aproximadamente diecisiete años. Los científicos generalmente toman aún más tiempo. Por su parte, aquellos tenistas que logran grandes éxitos en su adolescencia, generalmente han practicado este deporte disciplinada y rigurosamente desde los tres o cuatro años de edad.

Los investigadores encargados de realizar este estudio concluyeron que las dotes naturales no eran suficientes para lograr tan altos triunfos, a menos que éstas estuviesen acompañadas por un largo proceso de educación, práctica, motivación y sobre todo, disciplina. Así es que liberamos nuestro verdadero potencial, independientemente de que queramos triunfar en las artes, los deportes o los negocios.