BREVE HISTORIA
DE LOS VIAJES
DE
COLÓN

BREVE HISTORIA
DE LOS VIAJES
DE
COLÓN

Juan Gabriel Rodríguez Laguna

Desconfía de aquellos que te enseñan

listas de nombres, fórmulas y fechas

y que siempre repiten modelos de cultura

que son la triste herencia que aborreces.

No aprendas sólo cosas, piensa en ellas

y construye a tu antojo situaciones e imágenes

que rompan la barrera que aseguran existe

entre la realidad y la utopía.

Vive en un mundo cóncavo y vacío;

juzga cómo sería una selva quemada;

detén el oleaje en las rompientes;

tiñe de rojo el mar;

sigue a unas paralelas hasta que te devuelvan al punto de partida;

coloca el horizonte en vertical;

haz aullar a un desierto;

familiarízate con la locura…

Después sal a la calle y observa:

es la mejor escuela de tu vida.

J. Agustín Goytisolo

Dedicado a mi madre, a mi sobrina Martina

y a Jesús Damián, amigo y vecino de Gibraleón

Introducción

Este breve ensayo sobre los prolegómenos para el descubrimiento, la llegada de Colón a otra parte del mundo y sus posteriores viajes surge como respuesta a mis inquietudes intelectuales y personales, a la curiosidad que en mí provoca la era de los descubrimientos y el sentimiento profundo que asocio a explorar y descubrir todo aquello que existe, pero no conocemos.

Es por eso que he visitado los lugares más significativos de España asociados a la empresa colombina que ayudaron, de una u otra forma, a zarpar a Colón en su primer viaje hacia el oeste. Tras estudiar su historia y dejar pasar algunos años, este tema continúa ejerciendo sobre mí la misma atracción que acelera el movimiento constante que necesito en mi mente inquieta. Me fascina imaginar los preparativos del viaje, lo que supuso para aquellos hombres atravesar el inmenso océano Atlántico, pasar largas jornadas de navegación sobre las embarcaciones de la época y arribar a un mundo aislado, entre Occidente y Oriente, de la vieja humanidad.

En él intento explicar desde un punto de vista crítico, histórico y antropológico la mayoría de los elementos, tanto los económicos, socioculturales y políticos como los emergentes que fueron necesarios para trastocar el curso del destino. Todos ellos favorecerán el empeño de Cristóbal Colón en abrir una nueva ruta comercial por el oeste hallando una parte desconocida del mundo. Así, ya sea por la curiosidad o el conocimiento previo del enigmático marinero, abrirá las puertas de Europa a lo desconocido, lo oscuro.

Trataré los hechos más celebres que encierra la singular empresa colombina, la figura del Almirante y otros personajes que perduran aún en nuestros días cargados de silencios históricos y misticismos dentro de un período de la historia aceptado y sin mucho debate. Más allá del hallazgo de un nuevo continente, aún continúan apareciendo nuevos y desconcertantes puntos de vista que cuestionan algunos de los hechos. Por otro lado, los nuevos enfoques historiográficos se centran en esclarecer otras líneas de sucesos paralelas a los viajes de Colón, como será el caso de la leyenda negra española. Por ello, considero esencial revisar, analizar y comprender el sentido profundo de todos esos hechos, mitos, rituales y simbología que componen la historia del descubrimiento y líneas de sucesos para traducir una realidad más, o al menos, aproximarnos lo más posible a ella. De este modo, nos ayudará a entender este largo proceso y los cambios en la mente colectiva medieval que darán lugar a la modernidad bajo las acciones imprevisibles de las minorías sociales y culturales.

Con el objetivo de interactuar con lo que narro, he realizado trabajo de campo en diferentes lugares: la provincia de Huelva, destacando su capital, Palos de la Frontera, el monasterio de la Rábida, Moguer o la Redondela; en Sevilla he visitado su catedral, el monasterio de la Cartuja y el monasterio de San Isidoro del Campo en Santiponce; Cádiz y Sanlúcar de Barrameda; el monasterio de Guadalupe en Cáceres y Valladolid. Todo ello con el fin de aplicarlo a la abundante información existente sobre el tema, eclipsada por la idealización de la persona de Colón como un héroe civilizador y su gesta, dejando a un lado otros asuntos no menos interesantes para el conocimiento de su historia, el contacto cultural y posterior invasión.

¿Fue necesario traspasar los límites? Los límites son el resultado de la continua superación de la humanidad por esclarecer lo desconocido. La existencia de una parte nueva del mundo será ignorada por la inmensa mayoría de las mentes europeas hasta que un marinero, con pretensiones de grandeza llamado Cristóbal Colón, se tropezara sin querer con un inmenso continente. Su intención no era otra que buscar una nueva ruta comercial hacia las tierras orientales inaugurando, según las delimitaciones temporales de la historia, el comienzo de la Edad Moderna. Con el objetivo de incrementar los beneficios sociales y económicos, muchos marineros intentarán buscar, antes y después de él, rutas a Oriente distintas a las transitadas a lo largo del siglo XV. Cristóbal Colón lo conseguirá con un viaje que alterará el trascurso de la humanidad. Su objetivo no será otro que encontrar, para él y las altas esferas sociales que lo apoyaron en su odisea, una nueva ruta comercial. Atravesará más de siete mil kilómetros por el desconocido océano Atlántico para proporcionar a Castilla la competitividad económica y política que necesitaba frente a Portugal. Amparado por la fortuna, tendrá que sortear diversos obstáculos personales, políticos, sociales, barreras técnicas y psicológicas para lograrlo. La intención de esta intrépida gesta cargada de innumerables penurias no será otra que llegar a las costas de Asia, la India actual.

Uno de los factores más determinantes para el buen fin de la empresa será predecir y asimilar psicológicamente la esfericidad de la Tierra. Esta será analizada y demostrada en la Grecia del siglo VI a. C. por Anaximandro de Mileto. Le sucederán otros griegos astrónomos y geógrafos que continuarán esclareciendo la razón que emana de los sentidos. Elaborarán herramientas, tratados y mapas para dar a conocer el mundo que habitaban, como su compatriota Hecateo en el siglo V a. C, Eratóstenes de Cirene en el siglo II a. C. y Ptolomeo, que realizará en el siglo II d. C. el primer atlas universal del que se tiene constancia, la Geographia. Todos estos planteamientos empíricos sobre el mundo conocido serán recopilados por los astrónomos y geógrafos clásicos y difundidos en el tiempo por la historia. Aun así, la razón y lo económico no concurrirán lo suficiente en la Europa de la época hasta finales de la Edad Media.

Todos los planteamientos geográficos e históricos trascurrirán obligatoriamente por el mar Mediterráneo, una importante vía de comunicación para los pueblos a lo largo de la configuración de Occidente y Oriente. Así, los frecuentes cambios de protagonistas históricos y el obligado intercambio cultural europeo (Occidente) y no europeo (Oriente) determinarán unas actitudes y condiciones socioculturales muy próximas al mestizaje cultural (íberos, celtas, fenicios, griegos, cartagineses, romanos, visigodos, árabes, etc.). Este mestizaje dotará a influyentes regiones del mundo conocido de singularidades culturales que evolucionarán en direcciones muy diferentes entre sí. Siguiendo el marco mediterráneo, debemos destacar dos elementos, la similitud del pensamiento y la diferencia en los medios para la subsistencia como decisivos para transmitir todas estas nuevas aportaciones humanas, técnicas y económicas. Una cultura muy diferente a la europea, pero igualmente rica y desarrollada, como la árabemusulmana hará de este espacio mediterráneo un mundo difícil y próspero minado de fronteras (límites). Esto se deberá al permanente, e idealizado, conflicto de fronteras entre las dos religiones mayoritarias que condicionará, una vez más, el devenir de la historia y el progreso de la humanidad, tanto para hacer el bien como para hacer el mal.

En este sentido, la península ibérica había tenido durante un largo período de tiempo un papel secundario en la cristiandad debido a sus frecuentes cambios de protagonistas históricos. Con Rómulo Augusto se pondrá fin a la Hispania romana cristiana y se conformará el escenario histórico de este período de la historia, con la entrada de pueblos del norte y los musulmanes, en el 711, a la península ibérica. El suelo ibérico quedará dividido en dos, dos pueblos con religiones diferentes. Después de ocho siglos de convivencia, este escenario, para muchos el último, cambiará con la total derrota de los musulmanes, su posterior expulsión y el hallazgo del Orbis Novus (1492). Con ello, se ganará la supremacía en materia evangelizadora y pasará de potencia auxiliar a potencia mundial. Comenzaba un nuevo período de «unión ibérica».

Este proyecto de homogeneización religiosa alcanzará su momento cumbre con la conquista del reino de Granada, en manos de Boabdil el Chico, como último reino y rey musulmán en suelo peninsular. La capitulación se hará efectiva el 2 de enero de 1492 con la entrada triunfal de la masa cristiana en la ciudad de Granada. Poco tiempo después, zarparía la expedición colombina. Para hacer efectiva la limpieza étnica, los monarcas católicos decretarán la expulsión de los judíos y las conversiones forzosas junto con elevados impuestos económicos que resultarán ser insostenibles para las minorías históricas. Estas medidas supondrán la bancarrota para los cristianos viejos peninsulares, además de la irremplazable pérdida intelectual que muy pocos supieron valorar. La terrible muestra de intolerancia practicante producirá una pérdida social y cultural que será sustituida por otras culturas no europeas, las prehispánicas. Como ocurrió con las anteriores y sus evoluciones castellanas (moriscos, judíos conversos, etc.), los europeos tampoco sabrán comprender, valorar y respetar estas nuevas para alcanzar el protagonismo que Dios les había encomendado en el acercamiento de los mundos, arruinando siglos de convivencia y tolerancia entre ellos. El antiguo mito de la Reconquista, como un producto español de mayor elaboración con respecto a otras potencias de la época, forjará la mentalidad de los castellanos. Este fenómeno de masas de carácter identitario cristiano lo exportarán al Nuevo Mundo, prolongándolo durante todo el período de la colonización. También lo llevarán a otros lugares del mundo conocido, que lo observarán estáticos desde sus territorios para así obtener el mayor beneficio de las necesidades expansivas del Occidente de Europa.

La península ibérica mantendrá aún en época colombina una atomización territorial muy marcada debido a cuestiones históricas y religiosas, pero también a las luchas internas de los nobles. El territorio castellano estaba inmerso en un proceso de centralización política puesto en marcha por la unión de las dos coronas, Castilla y Aragón. La lucha contra la nobleza juanista y feudal y el establecimiento de la unión cristiana mediante la burocracia y la fuerza de las armas, bajo el estandarte de la triunfante monarquía de los Reyes Católicos, serán decisivas. La realeza luchará en contra del sistema feudal mediante la utilización de nuevos elementos sociales y económicos que encontrarán en el Nuevo Mundo las condiciones necesarias para su implantación y desarrollo. Se introducirán nuevos nobles con linajes inciertos en cargos de la jerarquía social, como el propio Cristóbal Colón, con inquietudes parecidas pero a la vez diferentes a las de los nobles de tradición feudal. Desbaratarán la cima de la pirámide social en esta época de transformaciones junto a otros muchos elementos centralizadores emergentes, como las nuevas dimensiones económicas del comercio indiano y el apoyo de los reyes en las ciudades que les ayudarán a centralizar aún más el poder regio, desembocando en la nueva forma de Estado moderno. En este sentido, las nuevas tierras descubiertas harán de válvulas de escape para muchos nobles que ven en peligro sus privilegios feudales.

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Cristóbal Colón en la corte de los Reyes Católicos de Juan Cordero, 1850, en el Museo Nacional de Arte de Ciudad de México

En esta época de hallazgos geográficos, con la península ibérica convertida en potencia europea, los Reyes Católicos se convertirán en el símbolo de la todopoderosa fe cristiana y en el pegamento territorial y cultural de España y otras naciones y mundos. Ante el firme y enérgico nervio regio de Castilla, las potencias europeas de la época entenderán el resurgimiento económico y político asociado a una nueva estructura centralizada. En consecuencia, mejorarán considerablemente el trato hacia la reestructurada Castilla, buscando su proximidad institucional y obtener todos los beneficios posibles. En otros casos, se le piratearán sus pretensiones y recursos.

Mientras tanto, Portugal ganaba protagonismo como potencia comercial gracias al desarrollo en materia de navegación. Los avances técnicos en la mar les permitirán adentrarse en las costas atlánticas e ir descendiendo hacia el sur del continente africano. Conseguirán, a mediados del siglo XV, llegar a Oriente bordeando África, abriendo de esta forma nuevas rutas comerciales que los alejaba de un saturado Mediterráneo. Los castellanos buscarán lo mismo, pero debido a cuestiones técnicas, económicas y políticas no lo conseguirán hasta varios años más tarde. Descubrirán una ruta más complicada y novedosa hacia un Oriente muy peculiar, por lo que las aspiraciones castellanas se inclinarán hacia el mar.

Las sucesivas exploraciones europeas llevadas a cabo a lo largo del siglo XV y XVI demostrarán, y en otros casos lo certificarán, la verdadera dimensión de la Tierra y la existencia de nuevos territorios y continentes. Un nuevo mundo entre otros dos mundos, Oriente y Occidente, que no alcanzarán a comprender hasta pasado un tiempo y muchas discusiones. Colón, siguiendo las anotaciones de Marco Polo, morirá creyendo que había llegado a Asia, pero la realidad fue otra muy distinta. Este nuevo oriente, bautizado con el nombre de América en honor a Américo Vespucio, no será un concepto físico y mental creado nada más ser descubierto por Cristóbal Colón y explorado por el resto de los viajes transoceánicos. Se conformará a lo largo de los siglos con múltiples y variados elementos emergentes que irán más allá de este encuentro inevitable en el tiempo. Con la prolongada colonización del Orbis Novus se implantarán en él todas las ventajas occidentales pero también todas sus miserias, que caerán sobre la población nativa, muchas veces potenciadas por la crueldad del ser humano. En otras muchas ocasiones, será defendida y ayudada por hombres y mujeres testigos de las barbaridades llevadas a cabo sobre la humanidad, amerindios y negros principalmente, antes y durante esta traumática etapa de la historia, semejante a otras muchas en el desarrollo histórico del mundo.

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Marco Polo de Grancesco Salviati

La exploración del Nuevo Mundo realizada por el Viejo Mundo no ha hecho nada más que comenzar.