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Para Ana, que sigue creyendo
en la promesa de la poesía.

Y para mi padre, que ya no está,
y que me enseñó a cumplir mis promesas.

 

 

 

 

 

 

 

 

REFLEJOS

 

© Ferran Garrido

© prólogo: Carmen Amoraga

© fotografías: Pedro Ignacio Fernández

© de esta edición: Olelibros.com

Editor literario: Antonio Alcolea

 

Edita: Olelibros.com

Grupo editorial Olé libros

equipo@olelibros.com

www.olelibros.com

 

ISBN: 978-84-17003-76-0

 

No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Arts. 270 y siguientes del Código Penal). Las solicitudes para la obtención de dicha autorización total o parcial deben dirigirse a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos).

 

 

Reflejos

El cielo se mira en el espejo
del suelo.

Reflejos...

La vida pasa por nosotros
mientras miramos hacia arriba
para darnos cuenta, como el cielo,
que las cosas se viven en tierra
y no en azules ensueños.

Reflejos...

El suelo mira las nubes
y sueña en ser cielo.

 

 

Prólogo

Los escritores en prosa deslizamos sutilmente, con cierta vergüenza, nuestras experiencias personales en nuestros personajes. Los poetas son los valientes de la literatura que utilizan las palabras para mostrar sus sentimientos sin filtros, sin ningún pudor se desnudan ante nosotros con sus poemas. Ferran Garrido hace en ‘Reflejos’ ese ejercicio de transparencia en el que nos deja ver el estado de ánimo de su alma en sus poemas cortos, concisos y precisos.

Ferran Garrido ha seleccionado setenta y ocho poemas para este que es su segundo libro publicado, pero seguro que su exigencia literaria con él mismo ha dejado en el cajón de su escritorio otros tantos poemas que quién sabe si alguna vez nos los dejará leer.

Sus poemas son pellizcos de realidad aderezada de armonía, la que compone con el ritmo de sus versos, musicales, sonoros en los que puedes escuchar el silencio de las huellas que dejan los pasos, las revueltas de un pensamiento, los gritos que se callan o la mirada puesta en un lugar infinito…

En las páginas de este libro nos habla del paso del tiempo, de los recuerdos, de la memoria, de las ausencias, de las presencias, del amor, de la pasión, de la vida que nos pasa a todos pero que él sabe contar con palabras cuidadas, seleccionadas con sensibilidad y equilibrio.

El poeta descubre ante nosotros que le duelen las ausencias de los seres queridos y dibuja las pinceladas de esos huecos que nos dejan en el alma los que se nos van; se muestra necesitado de caminar aferrado a una mano y al compás de otros pasos en el largo viaje de la vida; y nos desvela que es el amor el que da sentido al ser humano.

Ante un mundo frenético, agitado que corre deprisa, Ferrán crea burbujas de reflexión sobre las experiencias vitales que nos hacen amar y ser amados.

Transita del amor bucólico del que espera en la esquina de la calle a que se ilumine la luz de la ventana de la persona amada hasta la pasión más carnal que despierta el deseo de los amantes con sus tactos, sudores y jadeos.

Así de claro es el lenguaje que utiliza en sus poemas, así de expresivas son las estampas con las que retrata las emociones. Tiene el arte de hacer excepcional las palabras cotidianas, de dotarlas de matices descriptivos que nos hacen sentir que esos besos, esos abrazos, esas miradas y esas caricias se posan sobre nuestros labios, se ciñen a nuestro cuerpo y los sentimos en nuestra piel.

Como buen comunicador del siglo XXI y conocedor del poder que tiene la imagen, Ferran Garrido acompaña sus poemas con las excelentes fotografías de Pedro Ignacio Fernández, que no solo constituyen un acompañamiento sino que embellecen los versos del poeta.

Este poemario es fruto de un hombre al que la madurez le ha enseñado que la vida tiene alegrías y tristezas, luces y sombras, suerte y adversidad, gozo y dolor.

Les invito a leer la obra de un hombre pleno que por encima de todo sabe que para ser feliz necesita muy poco.

“Las cosas que amo pasan por el calor de un abrazo,

por la tibia sensación de apretar una mano

y sentir que la vida revive en vivir la ternura

cada día, cada momento, a cada paso,

ese momento que vivo, respiro y camino a tu lado”

Lean. Sean Felices.

 

Carmen Amoraga

 

 

Volveré a mirar la mar

 

 

Volveré a mirar la mar,
un día de estos,
y sé que será como mirarte 
otra vez a los ojos.

Esos ojos serenos, claros,
fuertes y tiernos,
verdes como la profundidad 
en la que habitas.

Volveré a sentir que sientes 
lo que siento,
lo que siempre sentimos
en cada ola de la mar en movimiento.

Y volverás a enlazar
tus dedos con los míos
en ese abrazo inmaterial
que nunca borrará el paso del tiempo.

Y el viento vendrá con tus olores
y traerá reflejos del misterio
de la vida y sus amores
perfumados de la sal de tus anhelos.

Y sé que será como mirarte
otra vez a los ojos
cuando vuelva a mirar la mar,
un día de estos.

 

 

Muy lejos no es tan
lejos como un siempre

 

 

Muy lejos no es tan lejos como un siempre.
La distancia no es tan fuerte como el tiempo,
porque el tiempo se aposenta en el pensamiento
como un viajero ausente, que se mueve como el viento,
para dejar un vapor de silencios cuando duerme.

Mi sueño ralentiza lentamente tu viaje
cuando partes hacia el cielo de lo eterno.
Y es el tiempo, mientras duermes ese invierno,
el que gana la batalla a los recuerdos.

Te dejaré marchar de mi ancoraje,
no me da miedo la distancia,
pero sé que siempre vence el tiempo.