A cada corazón que está dolorido
A cada alma que se lamenta
A cada lágrima que se derrama
A cada esperanza que no se cumplió
A cada reloj que se detuvo ese día
A cada proyecto que se frustró
A cada persona que tenía alegría y un día se fue...
A ti y a mí
ÍNDICE
PORTADA
PORTADA INTERIOR
DEDICATORIA
UN DÍA SE FUE Y TODO CAMBIÓ
DÍA 1: LAS DOS CARAS DEL AMOR
DÍA 2: EXTRAÑAR
DÍA 3: EL PEOR ERROR
DÍA 4: PROBLEMAS REALES
DÍA 5: CRUZAR EL ABISMO
DÍA 6: EL DOLOR DEL PERFECCIONISMO
DÍA 7: UN ÁRBOL DONDE APOYARNOS
DÍA 8: COMPAÑEROS DE CONSUELO
DÍA 9: UN DULCE SUSURRO
DÍA 10: NECESITO UN PAPÁ
DÍA 11: ¿QUIÉN INVITÓ A LA MUERTE?
DÍA 12: EL DOLOR NOS DESNUDA
DÍA 13: LA SOLEDAD
DÍA 14: PEDIR AYUDA
DÍA 15: MORIR Y VIVIR
DÍA 16: PASOS SANADORES
DÍA 17: EL EFECTO DE DISTANCIAMIENTO
DÍA 18: LOS ROMPETECHOS
DÍA 19: LOS TIRAPIEDRAS
DÍA 20: CASANDRA
DÍA 21: CUANDO TU CORAZÓN SUFRE
DÍA 22: INGREDIENTES PARA UNA SANA AMISTAD
DÍA 23: PAPÁ SE FUE
DÍA 24: APRENDER DEL ABANDONO
DÍA 25: MI AMIGA CON PELOS
DÍA 26: LA VIDA ES UN REGALO
DÍA 27: LOS ABUELOS
DÍA 28: DONARSE
DÍA 29: PERMISO PARA ENOJARTE
DÍA 30: EL DOLOR COMO REGALO
DÍA 31: EL DOLOR COMO COMPAÑERO DE VIAJE
DÍA 32: EL DOLOR EN DIFERENTES ENVASES
DÍA 33: ¿QUÉ HACER PARA APRENDER DEL DOLOR?
DÍA 34: ¿CÓMO ES EL DUELO?
DÍA 35: CUANDO LAS COSAS SE VAN DE LAS MANOS
DÍA 36: MIRÁNDOME AL ESPEJO
DÍA 37: UN ESPEJO LIMPIO
DÍA 38: SER FELIZ JUNTO A LOS OTROS
DÍA 39: ¿CÓMO LOGRASTE PERDONAR?
DÍA 40: DERECHO A DOLERSE
HASTA PRONTO
UN MENSAJE FINAL
SI QUIERES SEGUIR LEYENDO SOBRE EL TEMA, TE RECOMIENDO:
ELLOS DIJERON SOBRE EL LIBRO...
GABRIEL SALCEDO
¿SEGUIMOS EN CONTACTO?
CRÉDITOS
COMENTARIOS
MI BARCO A LA DERIVA[1] Mi barco avanzaba por aguas tranquilas; Vivía su felicidad sin problemas. De repente, una borrasca imprevista le sorprende, cambia su rumbo y amenaza con hacerle zozobrar. Las velas se ponen a batir enloquecidas. Los obenques vibran hasta resquebrajarse. El casco se inclina peligrosamente sobre las aguas. He perdido el dominio de mi barco. Ya no soy el capitán a bordo. Mi barco ya no obedece mis maniobras. Ebrio bajo la ola que le desvía, gira, titubea, deriva, oscila sin horizonte preciso. Desesperado, me aferro al timón. Después de esos momentos de angustia, el viento se deja amansar. Y ese mismo viento que quería lanzarme al mar Infla las velas y me lleva al puerto tranquilo. |
[1] Jean Monbourquette, Crecer, amar, perder, Sal Terrae, Cantabria, 2009.
UN DÍA SE FUE
Y TODO CAMBIÓ
Un día se fue la alegría. Un día se fue la persona que parecía el amor de mi vida. Un día se fue papá. Un día falleció esa persona que tanto amaba. Un día se fue la ilusión. Un día se fue la sonrisa. Un día se fue la motivación para despertar y volver a empezar. Un día se fue(ron) las ganas. Un día se fue mi cuerpo y me entregaron otro, que no me gusta. Un día se fue mi amiga y me quedé sola. Un día se fue mi ciudad, mi escuela, mi gente y tuve que comenzar de nuevo. Parece que la vida tiene muchos momentos o días en que las cosas se van y nos dejan.
En un principio no le di tanta importancia; sin embargo, las cosas empeoraron después. El barco comenzó a hundirse.
Nuestra vida es como un barco navegando por el mar. En algunas ocasiones la marea es calma y todo marcha de maravillas. En otros momentos las olas nos tapan y caen con potencia sobre nuestra frágil embarcación. Es allí donde necesitamos ayuda, de lo contrario naufragaríamos. Este libro es para todos los que sienten que un día se fue la alegría y que está tardando en volver.
En los momentos en que mi barco tiende a hundirse busco alguna música que pueda ayudarme. Hace unos días, una canción me acompañó durante unos minutos, mientras caminaba, y me animó a seguir adelante. Este libro quiere ser como esa canción. Su objetivo no es acompañarte en un tramo muy largo, sino regalarte una melodía cada día, unas palabras, un empujón para seguir adelante en el camino.
Un mar calmado no hace buenos marineros, dice un viejo proverbio inglés. No sé qué circunstancias has vivido, estás viviendo o vivirás. Tampoco nos conocemos personalmente, o quizás sí. Lo importante es que juntos podemos unirnos y comenzar a transitar un camino llamado ánimo. Una palabra que significa tener fuerzas para vivir. Yo necesito estas fuerzas cada mañana y seguramente me sería difícil seguir sin ellas. Por esto mismo quiero regalártelas. Quizás te sirvan, quizás no, quizás les sirvan a tus amigos o a alguien que pase por tu camino.
Me presento: mi nombre es Gabriel. Soy un caminante de caminos fáciles pero también de caminos difíciles de transitar. Algunos de los caminos difíciles que he transitado se llaman pérdidas, fracasos, rupturas, desconcierto, dolor, sufrimiento y otros tantos que no recuerdo. Todos ellos me han enseñado algo y quiero compartirte esos aprendizajes. Pero también tengo otro deseo, quizás más importante que el de transmitir enseñanzas: quiero acompañarte en tu propio recorrido. No sé cómo se llama el camino que transitas en este momento, pero quiero estar contigo. Deseo que no te sientas solo ni sola, sino que puedas tener un compañero junto a ti.
La aventura será sencilla: durante cuarenta jornadas vamos a caminar juntos a un ritmo lento. La idea es que podamos pensar, abrazarnos a ciertas palabras y mirarnos mutuamente, con una mirada de aliento, que nos brinden fuerzas para no bajar los brazos. Y que juntos podamos decir que un día se fue la tristeza.