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SECCIÓN DE OBRAS DE HISTORIA
Fideicomiso Historia de las Américas
Serie Ciudades

Coordinada por
ALICIA HERNÁNDEZ CHÁVEZ
y
EDUARDO MATOS MOCTEZUMA

Teotihuacan

EDUARDO MATOS MOCTEZUMA

TEOTIHUACAN

 
 

Fondo de Cultura Económica

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
EL COLEGIO DE MÉXICO
FIDEICOMISO HISTORIA DE LAS AMÉRICAS

Primera edición, 2009
   Primera reimpresión, 2012
Primera edición electrónica, 2016

Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio. Todos los contenidos que se incluyen tales como características tipográficas y de diagramación, textos, gráficos, logotipos, iconos, imágenes, etc., son propiedad exclusiva del Fondo de Cultura Económica y están protegidos por las leyes mexicanas e internacionales del copyright o derecho de autor.

contraportada

Índice

Presentación

Introducción

I. ¿Por qué surgieron las ciudades antiguas?

Una discusión que no termina

El caso de Mesoamérica

II. Antecedentes de Teotihuacan

El valle de México y sus alrededores

Surgimiento y destrucción de Cuicuilco

Primeros asentamientos en Teotihuacan

La hipótesis de las áreas verdes

III. Desarrollo de la ciudad

Teotihuacan en las fuentes históricas

Fase Tzacualli (1-150 d.C.)

Fase Miccaotli (150-250 d.C.)

Fase Tlamimilolpa (250-450 d.C.)

Fase Xolalpan (450-650 d.C.)

Fase Metepec (650-750 d.C.)

Fase Oxtotípac (750-850 d.C.)

IV. Economía y organización social

El Estado teotihuacano

Población y territorio

Economía, estamentos, división del trabajo y gobierno

V. Religión y cosmovisión

Estructura del universo y orientación de la ciudad

Los dioses

Sacerdotes y ceremonias

VI. Las manifestaciones artísticas

Arquitectura

Pintura

Escultura

Cerámica

Otras expresiones artísticas

VII. Las prácticas funerarias

VIII. La decadencia

Hipótesis acerca de la caída de Teotihuacan

Otra opción

Epílogo

Bibliografía

Créditos de figuras y láminas

Presentación

EL FIDEICOMISO HISTORIA DE LAS AMÉRICAS DE EL COLEGIO de México cumplió en 2009 dieciséis años de presentar proyectos de investigación y divulgación de alto nivel, accesibles al estudiante y al gran publico. A la fecha hemos publicado en coedición con el Fondo de Cultura Económica cerca de ochenta estudios originales, merecedores de varias reimpresiones, traducciones y aun de premios.

Iniciamos la Serie Ciudades —con la generosa colaboración del doctor Eduardo Matos Moctezuma— porque pensamos que la historia de México no se comprende sin el conocimiento del mundo prehispánico. Elegimos la ciudad como unidad de estudio porque arroja luz en torno al desenvolvimiento y función de las urbes prehispánicas con respecto tanto a su territorio como a otras urbes mesoamericanas.

La ciudad es la expresión evidente de sociedades complejas que llegaron a reunir a miles y miles de personas en un determinado espacio. En ella se asentaban los poderes y se manifestaban la división social y las relaciones que establecían sus habitantes, además de que en su distribución interna se incluían espacios específicos de gobierno, de administración, habitacional, de intercambio, religioso, de vialidad, defensivo.

Desentrañar en lo posible la compleja función de las ciudades como centros religiosos, cabezas de reinos, centros de acopio y tránsito y goznes de grandes redes comunicantes y complementarias con jurisdicción sobre pobladores y amplios territorios es uno de los objetivos de esta serie.

Las urbes seleccionadas poseen diferentes características, determinadas por su lugar de asentamiento: Tenochtitlan es una ciudad lacustre; Teotihuacan se encuentra en medio de un pequeño valle; Monte Albán está en lo alto de cerros cuyas laderas fueron aprovechadas intensivamente; Palenque nace en la selva, Paquimé en el árido norte, el Tajín en los trópicos, vecina al mar; Xochicalco, sobre el cerro, vigila el valle y el cruce de caminos de abasto de las ciudades del valle de México; Tikal y Calakmul se yerguen como ciudades-estado en los extremos del mundo maya; Chichén Itzá en planicies calcáreas, y Tula, en las goteras del valle de México.

Confiamos en que el lector recibirá este nuevo libro, Teotihuacan, el cuarto de la serie, con el mismo entusiasmo que los anteriores.

ALICIA HERNÁNDEZ CHÁVEZ
Fundadora y presidenta del Fideicomiso
Historia de las América

EDUARDO MATOS MOCTEZUMA
Instituto Nacional de Antropolgía e Historia

Introducción

EN LOS INICIOS DE NUESTRA ERA OCURRIÓ UN FENÓMENO SINGULAR: el surgimiento de la primera ciudad en el centro de México que se convirtió en la urbe más grande y desarrollada en Mesoamérica: Teotihuacan. ¿Cuáles fueron los factores que influyeron para que esto sucediera? ¿Cuáles sus antecedentes y características? ¿Cómo creció en el transcurso de los siglos? ¿Qué causas provocaron su abandono? En las siguientes páginas trataremos de despejar, en la medida de lo posible, todas estas dudas.

No hay duda de que Teotihuacan tuvo una enorme importancia durante el llamado Clásico del Centro de México (1-750 d.C.), periodo en el que vemos su influencia y presencia en diversas regiones mesoamericanas, y en el que convivió con ciudades como Cholula (Puebla), Monte Albán (Oaxaca), Matacapan (Veracruz), Palenque (Chiapas), Kaminaljuyú, Tikal y Uaxactún, en Guatemala, Copán, en Honduras, y muchas otras más que destacaron durante el Clásico mesoamericano. En Teotihuacan se dio toda una serie de características culturales que luego tomaron carta de naturalización en las sociedades que surgieron posteriormente en la región central de México. En efecto, a partir de entonces se consideró como lugar de mitos. Lejos de quedar en el olvido y de perder su antiguo esplendor, Teotihuacan se irguió como ciudad sagrada.

Los pueblos que llegaron a asentarse en el valle de México después de 750 d.C. vieron esparcidos aquí y allá restos de esculturas y cerámica; adivinaron que debajo de los montículos de tierra existían edificios y calzadas; pero no sabían quién los había construido. Entonces los atribuyeron a los dioses. El mismo nombre de la ciudad así lo refiere: “lugar donde nacen los dioses”. El topónimo surge cuando esos pueblos deciden que fue en Teotihuacan donde se convocó a los dioses para crear el Quinto Sol y, por ende, al hombre. Envuelta en mitos arcanos, la ciudad vuelve a cobrar vida como obra de los dioses.

Y ahí no para el asunto. En ella está presente toda una serie de aspectos que tendrían enorme influencia en los pueblos posteriores. Su traza toma en cuenta el movimiento solar y se divide en cuatro parcialidades, con un centro fundamental, que ocupa a su vez el centro del cosmos. Algunos edificios, como la Pirámide del Sol y el Templo de la Serpiente Emplumada en la Ciudadela, se transformaron en montañas sagradas y fueron el centro de la comunidad. La ciudad representa la idea que esos pueblos tenían del cosmos, y que es posible identificar también en ciudades como Tula y Tenochtitlan, que tuvieron enorme importancia en Mesoamérica.

Lugar del sacrificio de los dioses, también lo fue de los hombres. De la realidad se pasó al mito, y éste a su vez se convirtió en verdad para los pueblos que lo hicieron suyo.