10441.jpg

Carles Parellada Enrich

Mercè Traveset Vilaginés

Las redes sutiles de la educación

Las ideas clave de la pedagogía sistémica multidimensional

OCTAEDRO

Colección Recursos educativos

Título original: La xarxa amorosa per educar. Idees clau de la pedagogía sistémica multidimensional, Octaedro, 2014

Traducción de Manuel León Urrutia

Primera edición en papel: junio de 2016

Primera edición: junio de 2016

© Carles Parellada Enrich y Mercè Traveset Vilaginés

© De esta edición:

Ediciones Octaedro, S.L.

C./ Bailén, 5 – 08010 Barcelona

Tel.: 93 246 40 02 – Fax: 93 231 18 68

www.octaedro.comoctaedro@octaedro.com

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

ISBN: 978-84-9921-834-2

Diseño, producción y digitalización: Editorial Octaedro

Agradecimientos

Parece que la vida me ha ido encaminando, pacientemente, en una dirección que sin duda siento que tiene mucho que ver con el título de este libro: las redes sutiles de la educación.

A día de hoy percibo que la red amorosa que me ha acompañado a lo largo de todos estos años ha sido extraordinaria, y día que pasa, día que se hace más diáfana y amplia.

Bert Hellinger nos ofrece unas claves maravillosas para entender aspectos básicos del vivir, que a menudo resume en tres frases: sí, así fue como ocurrió, y lo respeto, gracias, porque a pesar de todo la vida continuó, y por favor, miradme con buenos ojos si ahora sigo mi propio camino.

Esto me da la oportunidad, una vez más, para dar las gracias a mis padres por haberme iniciado en este camino, con su amorosa generosidad para traerme a la vida, y hago extensible este agradecimiento a toda mi familia, desde la más cercana, mis hermanas, hasta todos los que la completan, sin dejar a nadie en el camino, porque todos, desde los antepasados hasta las nuevas generaciones forman parte de ella, tienen un lugar, y son absolutamente legítimos, incluso aquellos que, por algún motivo, aunque extraño, se hayan vinculado con nosotros por diversas circunstancias. En mi corazón tienen un lugar permanente.

En esta red también están incluidos mis maestros, profesores y profesoras que me han dejado una huella imborrable, al igual que las escuelas e instituciones en las que he trabajado y colaborado, que son muchas. Y he de añadir a todos los amigos y amigas, profesionales y alumnos de diferentes edades, con quienes he tenido el placer de compartir parte de nuestras historias de vida. A todo, a todos y a todas, muchas gracias también.

Esta red, todo lo que la mueve, todo lo que la ha precedido y seguirá haciéndola crecer, no sería posible sin haber creado una estrecha vinculación y complicidad con Mercè Traveset; ella siempre está un paso por delante visualizando lo que se requiere y le agradezco haberlo hecho juntos durante todo este tiempo.

Así mismo, mi más profundo agradecimiento a Carme, mi mujer y mi compañera durante todos estos años, y a Adriá, por completar este itinerario que me regala constantemente ocasiones de felicidad.

Sí, respeto profundamente cómo han sido las cosas, el coste que algunas han tenido y los retos que me depara el futuro, asumiendo la responsabilidad que me toca para hacer el mejor uso posible de todos los dones que la vida me ha dado, me da y que siento que me seguirá ofreciendo.

A toda esta red le pido, por favor, que me mire con buenos ojos; a pesar de que algunas cosas no sean del todo acertadas, la intención desde el corazón es contribuir de la mejor manera posible al servicio de algo más grande.

Carles Parellada Enrich

La Torre de Claramunt, abril de 2016

En Cataluña, la pedagogía sistémica ha arraigado de una manera mágica y espectacular. Por ello me siento honrada de pertenecer a esta tierra tan fértil en innovaciones educativas y humanas. Es un campo abonado desde hace muchos años por movimientos pedagógicos pioneros en el mundo y esta base nos sirve de apoyo para aportar nuestro granito de arena a la innovación educativa actual.

Mi agradecimiento va dirigido al sistema educativo catalán al cual pertenezco desde hace más de treinta y cinco años, donde he podido vivir experiencias educativas maravillosas como maestra de primaria en la Escuela Santa Perpetua de la Moguda y en el Instituto Viladecavalls como orientadora y psicopedagoga, y donde he podido desarrollar buena parte de los inicios de la pedagogía sistémica y la educación emocional sistémica. Gracias a la licencia de estudios retribuida que me permitió estructurar un crédito de educación emocional sistémica que está publicado con otras aportaciones en el libro Sentir con la mente, pensar con el corazón.

Gracias a todos los CRPS, escuelas, etc., que han solicitado formaciones de pedagogía sistémica y han confiado en esta nueva mirada y en mí.

Al CUDEC, Universidad Multicultural de Tlaneplantla de México, y especialmente a Angélica Olvera, por el impulso y empuje de organizar las primeras formaciones de Pedagogía Sistémica y traerlas a nuestra tierra, y mostrarnos su creatividad y la experiencia pionera que estaban haciendo en el CUDEC: ha sido y es una fuente de inspiración constante.

Al Instituto Gestalt de Barcelona por optar por esta mirada e implementar esta formación en su programa. Gracias por permitirnos hacer la coordinación de la misma junto con Carles Parellada. Este espacio nos ha permitido hacerla crecer y cuidar de la Pedagogía Sistémica año tras año, y vamos por la decimosegunda promoción.

Al ICE de la UAB por haber confiado en nosotros y habernos facilitado el espacio y los grupos de trabajo que han dado lugar a la Red de Pedagogía Sistémica, que reúne a varios grupos: Grupo Escuelas Sistémicas, Grupos de Redes de PS de territorio, Grupo de Formadores, Jornadas de Experiencias, etc.

A la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Facultad de Ciencias de la Educación, por haber abierto las puertas al Posgrado de Educación Emocional Sistémica Multidimensional que ya va para la quinta promoción (iniciada en el curso 2012/2013).

A la Fundación Universitaria Rovira i Virgili de Tarragona (FURV) por haber abierto las puertas al primer Master de Pedagogía Sistémica Multidimensional.

A Carles Parellada por formar este tándem tan fructífero que nos ha permitido desarrollar esta red, gracias por su presencia y paciencia.

A mi familia por su acompañamiento amoroso y por la fuerza que me llega de mi sistema, a mi hija Yelena por las horas que no he compartido con ella por estar dando cursos y talleres, por su amorosa presencia y comprensión.

Una mención muy especial a mi íntimo amigo Joan Corbalán por estar siempre a mi lado, por aconsejarme y sostenerme en momentos difíciles, y por las sonrisas y los momentos tan profundos y divertidos que pasamos juntos.

Mercè Traveset Vilaginés

Matadepera, abril de 2016

Prólogo

El oficio del amor

El oficio del amor

es relatar

ponerle voz a la historia

hacerle caso a los cuerpos.

El oficio del amor

es disfrutar

vestir de fiesta a la vida

bromear con los enojos.

El oficio del amor

es confiar

es rozar alma con alma

es fundirse en mil abrazos.

Este es un libro forjado a partir de las reflexiones, las experiencias y el afecto de dos personas: Carles Parellada y Mercè Traveset, que comparten (y reparten) un sueño: Es posible educar en amor y buena compañía.

Me han pedido que lo presente en sociedad y lo hago con alegría, ya que lo siento como una noticia a celebrar, por la riqueza que puede aportarnos a quienes estamos implicados en el mundo de la educación. Y es que creo que vale la pena extender las ideas, los mensajes y las sacudidas que trae el texto, metidos entre sus sistémicas palabras.

En primer lugar, la valentía de mostrar tan claramente el deseo de lograr un quehacer educativo más humano, compartido y amable. En segundo lugar, la invitación a los profesionales a llevar a cabo cambios en profundidad, que nos hagan aprender y disfrutar de un estar más rico y aireado en la escuela. En tercer lugar, el ofrecimiento generoso y humilde de poner a disposición del lector el amplio cobijo de las teorías sistémicas, implícitas en los criterios que aparecen a lo largo de las páginas.

El libro propone abrir las puertas para ver la realidad educativa como un todo, lo cual no solo repercutirá en los procesos de enseñanza-aprendizaje, sino que hará que en la escuela se pueda encontrar la fuerza necesaria para vivir lo más equilibradamente posible. Se plantea, pues, un modelo educativo que incluya la escucha, el placer, el cuerpo, las diferencias, las emociones, los valores, el juego, la libertad expresiva y los vínculos.

Una escuela en la que se pueda aprender a aprender, en la que quepan: la sorpresa, la imaginación, la curiosidad, el diálogo, el entusiasmo y las tareas compartidas. Una escuela en la que se generen contextos creativos, afectuosos y apasionados, en la que se lleve a cabo una tarea de acompañamiento a niños, familias, maestros y otros allegados, que sea humana, subjetiva y respetuosa. Una escuela en la que creo y que he procurado y disfrutado en mi largo tiempo como maestra de educación infantil.

Para ello, los autores aportan varias vías de trabajo: maneras de evitar los desencuentros entre padres y maestros, de afrontar los conflictos, protocolos de organización y gestión, metodologías adecuadas, cuidado del liderazgo… Vías que permanecerán abiertas a cada alumno, a cada grupo, a cada maestro y a cada circunstancia. Porque en las propuestas que aparecen en el libro no hay estructuras fijas o cerradas, no hay una única manera de hacer, no hay un dictado de actuaciones, sino una actitud de guía, apertura, reflexión, libertad y tarea conjunta para potenciar en el docente, en las familias y en los niños. Planteamientos con los que me identifico completamente, porque producen resultantes de creación de competencias, además de autoestima, cohesión grupal y satisfacción en las familias, que se alegran de la evolución saludable de sus hijos.

El libro es claro, cercano, riguroso, y está escrito sentidamente. Yo diría que está concebido desde el piso de abajo de los autores, que han incluido en él su saber, pero también su sentir, sus vivencias, sus recuerdos… Un libro revelador, que se agradece en estos momentos de desconcierto.

A mí me gusta que sus propuestas puedan ponernos a los maestros a pensar, a analizar y a aprender, cosa que a veces nos cuesta un poco. Me gusta que hable de la complejidad, una palabra grande y que da un poco de susto, pero que conocemos a fondo todos los que hemos estado en un aula con un grupo de niños, con sus respectivas familias y entornos, con el equipo de compañeros, con los aconteceres sociales, políticos y culturales, con las políticas educativas reinantes, con los avatares de nuestra propia vida personal… Todo ello funcionando a la vez, acompasada o descompasadamente, con sus ritmos, sus saltos y sus acoplamientos. Y me gusta que se nombre aquello del «mirar con buenos ojos» a los demás, porque intuyo que lo dicen de verdad, activamente, que no se queda en palabras el deseo de cambio que propone este libro innovador.

La verdad es que siempre que he leído o escuchado hablar sobre la Pedagogía Sistémica, me ha dado una especie de sensación de calma, un aire esperanzado, una cierta confianza. Algo así como sentir que quizás sí se puedan producir cambios en la educación, a pesar de los pesares. Que quizás podamos afilar la punta a nuestro sueño pedagógico. Que quizás estemos a tiempo de abrir nuestras escuelas, nuestras programaciones y nuestros miedos… y dejar pasar la vida con sus amorosas complejidades.

Con sus órdenes y sus desórdenes.

Con su sencillo y diario transcurrir.

Con su humanidad.

Mari Carmen Díez Navarro

Maestra y psicopedagoga

PARTE 1. La visión sistémica, multidimensional y evolutiva

Presentación

Enseñamos dónde está la fuerza para vivir

Los principios que aporta la pedagogía sistémica multidimensional contribuyen a humanizar la educación, a unir la mente y el corazón, a dignificar las raíces y la identidad de todas las personas, a fortalecer y ordenar la complejidad de vínculos para que cada uno esté en su lugar, y a hacer posible que las nuevas generaciones puedan desarrollar al máximo sus potencialidades.

Se trata de generar en las escuelas climas convivenciales positivos donde las emociones y los valores que predominen sean la confianza, la acogida, el reconocimiento, el respeto a la diferencia, el agradecimiento y la admiración. Esto posibilita que la escuela sea una plaza común, una comunidad, donde hay espacio para todas las identidades y todas las inteligencias, una escuela viva y dinámica, donde los maestros y los alumnos son investigadores y creadores de la realidad.

Los tiempos que vivimos están marcados por cambios muy rápidos y de una gran complejidad. En la educación formal y no formal conviven hoy muchos contextos culturales, sociales y familiares. Eso implica que los profesionales de la educación, tanto los equipos directivos como los docentes, los educadores sociales o los pedagogos, se vean abocados a gestionar esta riqueza y variedad de contextos complejos para poder realizar su tarea. Necesitamos, pues, desarrollar competencias y habilidades basadas en un pensamiento capaz de captar las interacciones, abrir el corazón y la conciencia a situaciones inciertas, operar en red y tener estrategias de intervención desde una perspectiva amplia que incluya todos los sistemas implicados en la interacción educativa.

La aplicación de las aportaciones de la visión sistémica en el marco educativo abre la puerta a un nuevo paradigma pedagógico que posibilita a los docentes ver la realidad educativa como un todo, vinculando los sistemas familiares, sociales, culturales, históricos y espirituales y, por otro lado, ver cómo esto influye, repercute y está en la base de los procesos de enseñanza y aprendizaje.

La evolución de la educación y los retos de la sociedad actual hacen necesario formar profesionales que centren la educación en la relación y los vínculos como elementos clave para favorecer la buena gestión, la convivencia y el aprendizaje, así como para el desarrollo holístico de la persona.

Esta mirada a la educación responde a una necesidad creciente de revisar algunos aspectos que habían sido excluidos, campos de información transgeneracional y emocional que nos ofrecen comprensiones profundas y útiles para acompañar a las nuevas generaciones hacia la vida, y permiten a los profesionales ubicarse para llevar a cabo su tarea, desde la fortaleza de su función y desde el bienestar. El epicentro del suceso es la acción recíproca entre las partes, componentes de una familia, de una escuela o de cualquier grupo humano.

El pensamiento fundamental de esta visión es que la realidad externa y la realidad interna que vivimos tiene diferentes dimensiones, una parte es visible y otras no lo son, pero ejercen una influencia enorme en nuestra vida. Sucede lo mismo que con los microscopios: distintas lentes nos posibilitan acceder a diferentes campos de información que nos permiten comprender e indagar parcelas de la realidad impensables hace unos años.

La educación se ha movido en una única dimensión, racional y lógica, en consonancia con la visión que la sustentaba y que seguramente ha sido necesaria para que la humanidad evolucionara en algunos campos del conocimiento que son, por descontado, indiscutibles.

Ahora ya sabemos que el ser humano está constituido por una red inmensa de complejidades neuronales, sensoriales, psíquicas, sociales y espirituales que se interrelacionan continuamente. Tanto la física moderna como la neurociencia y la biología, por citar solo algunos campos de la ciencia, muestran descubrimientos que van en esta dirección.

La visión de sistemas en conexión nos ofrece una amplitud panorámica, pero necesitamos instrumentos para acceder a la profundidad y complejidad de las distintas realidades y universos que habitamos. Somos creadores y constructores de universos.

El gran reto es incluir esta multidimensionalidad en la educación impulsando la construcción de nuevas formas de relación entre los conocimientos y los individuos, abriendo caminos que potencien la construcción del pensamiento complejo, frente al reduccionismo de la educación actual, la integración de la diferencia y la comprensión del mundo desde una perspectiva de interrelación y responsabilidad compartida. Cómo favorecer la construcción de la propia subjetividad a partir del desarrollo de una serie de competencias que ayuden a conocerse a uno mismo y a interpretar y transformar el mundo en el que vivimos. Un currículum multidimensional y transdisciplinar significativo que nos ayude a agradecer el pasado, y aquello sagrado que lleva en el alma cada persona, disfrutar del presente y abrirnos al futuro con éxito.

Esta educación incluye la razón y la intuición, escucha el cuerpo, las emociones, los sentidos y significados de cada persona, es creadora de una red de nuevos saberes e implica la comprensión de una realidad interconectada y compleja.

La pedagogía sistémica multidimensional pone la mirada en el desarrollo de la conciencia, la interioridad y la complejidad de dimensiones vinculares transgeneracionales, intergeneracionales, intrageneracionales e interpersonales, y cómo la inclusión de esta información llena de sentido el aprendizaje y vincula el ser, el pensar, el sentir y el hacer.

Nuestro libro os presenta los fundamentos y algunas herramientas para hacerlo.