Taller de juegos teatrales
autor
José Cañas Torregrosa
Nota: A lo largo del texto, siempre que se utilizan los términos genéricos profesor, alumno, etc., se quiere hacer referencia a ambos sexos.
Primera edición en papel: septiembre de 2009
Primera edición: mayo de 2015
© José Cañas Torregrosa
© Derechos exclusivos de esta edición
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ISBN: 978-84-9921-499-3
Diseño y realización: Servicios Gráficos Octaedro
Fotografías: Photos.com, Archivo Ediciones Octaedro
Digitalización: Ediciones Octaedro, S.L.
Introducción
El teatro y tú
Quiero pedirte algo: mira a tu alrededor; observa detenidamente, por unos instantes, cuanto sucede. Es posible que ante ti la gente camine de prisa. Tal vez, ahora mismo, unos ancianos tomen el sol en un parque próximo y quizás una vecina camine presurosa hacia su trabajo. Mientras, un ciclista cruza la calle o una ambulancia taladra intermitentemente la mañana con prisa y luces… Todo pasa frente a ti… Sí. Es probable que ocurran cosas como éstas o bien otras distintas. No importa: es la vida que se cuela por todos sitios y que llega –sin apenas darte cuenta– hasta tus sentidos para hacerte ver que también tienes otra historia paralela a la de los demás, que estás maravillosa y esencialmente vivo o viva y que tienes infinitas cosas que decir.
¿Sabes? Se podrían describir los personajes que tus sentidos han percibido, rodeados de un ambiente. Se podrían analizar sus palabras, enmarcadas dentro de una acción; contar, por tanto, una historia, muchas historias en las cuales esos personajes hablen ante los demás exponiendo de esta forma sus proyectos, manifestando alegrías y penas, ilusiones y frustraciones, las metas obtenidas y los sueños que desean alcanzar.
Recreadas por ti, por tus compañeras y compañeros, surgirán historias radicalmente serias o divertidas o, tal vez, historias en las que llanto y risa se entremezclen proporcionalmente, porque ya sabes bien a tu edad que risa y llanto, alegría y tristeza, parecen estar siempre jugando al escondite con nuestro presente y aun con nuestro futuro.
Pero ¿para qué contar todas esas historias? ¿Para qué hacer desfilar ante los demás estas acciones? Pienso que es bien sencillo de explicar: tu personalidad, ahora que creces y te formas, se verá enriquecida con la exposición de todas esas vivencias; tus ideas y conceptos propios se complementarán con otras visiones, con otros razonamientos y otros comportamientos. Aprenderás, seguro, de la experiencia al contar las cosas que ocurren ahora, los hechos que han ocurrido o, incluso, los que pueden ocurrir.
Para ello, podemos utilizar múltiples fórmulas: así podríamos ponernos desde una perspectiva periodística y escribir noticias o artículos de opinión o, tal vez, utilizar las técnicas narrativas y dar a nuestras historias estructura de cuento o de novela. Pero también podríamos recurrir a otros medios como el cómic, la radio o el vídeo. Todo es válido. No obstante, desde aquí, desde las páginas de este libro, yo te invito –os invito a todos y a todas– a contar vuestras historias utilizando el teatro y el lenguaje dramático como fórmula global y creativa de expresión para recrear, así, todo eso que bulle en vuestro interior y también todo aquello que, desde fuera y por diferentes caminos, llega hasta vosotros.
Dramatización, teatro y lenguaje dramático son, probablemente, términos semejantes para ti y, tal vez, desconozcas la dimensión exacta de cada uno de ellos.
Bueno será, pues, que te los aclare para poder partir de ellos en nuestro trabajo posterior.
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Tanto el teatro como la dramatización participan en común del mismo tipo de lenguaje, pero ambos se diferencian básicamente en dos aspectos:
Y qué decir sobre el animador o animadora…
La invitación que desde estas páginas os hago no es otra que la de caminar a través de la experimentación y la investigación hacia el teatro. Es cierto, sin embargo, que necesitáis a alguien que os marque sin duda ese camino. Seguro que vuestro profesor o profesora, animador o animadora, partiendo de la amistad y la cooperación os alentará y encauzará en vuestras creaciones.
Lo más interesante que desde aquí os propongo es que, por parejas o en pequeños grupos de no más de cuatro personas –y con carácter rotatorio, para que todos y todas podáis intervenir periódicamente– os organicéis la preparación y desarrollo de las distintas sesiones de este taller (contando siempre con la colaboración y guía de vuestro profesorado, claro).
Seguro que los resultados son positivos, y el esfuerzo y la preparación, compensados por la satisfacción individual y grupal de la tarea bien realizada.
Por lo tanto, el esquema de trabajo lanzado como simple propuesta indicativa desde este libro es bien sencillo:
Si esta última es la fórmula escogida, sabed que, con seguridad, todos y todas os convertiríais en auténticos animadores de la actividad, y que un buen animador –aquí os hago un retrato robot ideal– será aquella persona que reúna estas condiciones:
Y bien, si por ahora todo está claro, si ya tenéis formada la idea de grupo y también existe claridad en los objetivos, seguro que hallaréis situaciones interesantes y muy gratificantes a lo largo de este taller.
primera parte
Técnicas dramáticas
1. Los juegos de expresión
Os invitamos a jugar: jugar para aprender; jugar para relacionarse, para abrirse a los demás, para imitar y representar, para simular, para expresar, para ser tú mismo y un poco, también, parte de los que te rodean al mismo tiempo o de la idea que tú tengas de los otros… Jugaremos para transformar los objetos, para darles otra dimensión y llegar a ser más creativos e imaginativos; jugaremos para darnos cuenta de las posibilidades físicas y expresivas de nuestro cuerpo y del de los demás… Porque estamos con otras personas, chicos y chicas, iguales en esencia a nosotros mismos y juntos podemos construir miles de cosas. Teatro y juego como dos amigos inseparables, unidos en un puente maravilloso por la expresión y por la comunicación.
Así, las actividades que desarrollaremos en este punto se agruparán en torno a varios apartados. Pasemos a verlos.
Relajación
Cuando te encuentras nervioso, alterado, tenso, algunos músculos de tu cuerpo se ponen igualmente tensos. Lo habrás observado muchas veces. Si aprendes a identificar esos músculos y a relajarlos, entonces, cuando por alguna circunstancia y en distintas ocasiones se pongan tensos, podrás relajarlos y notar la sensación opuesta a la tensión. Ésta es la teoría de la relajación progresiva, cuyo impulsor fundamental fue Jacobson.
De esta forma, si se te presenta un hecho que, aparentemente, te va a producir cierta tensión (el estreno de tu obra, o un examen cualquiera, por ejemplo), podrás relajarte justo antes de entrar en tan importante situación.
Por ello, como técnica de autocontrol, la relajación te sirve momentos antes de una situación que te produzca nerviosismo, durante la situación y después de la situación de ansiedad (si es que aún te encuentras alterado/a).
Aquí la relajación se podría aplicar como primera actividad en las distintas sesiones, ya que muchos de vosotros podéis llegar con cierta tensión a la sesión (problemas familiares o personales, cambio radical de actividad con la materia anterior, etcétera). La relajación os permitirá preparar el cuerpo para la «explosión vital» que supone participar de lleno en el taller de expresión y teatro. Igualmente, podéis y debéis hacer uso de ella en el momento en que la necesitéis, como por ejemplo, tras un momento intenso o para cerrar la sesión.
Aunque las actividades incluidas en este libro tengan como objetivo básico el desarrollo del colectivo que formáis en el aula, en estas páginas te recomendaré también algunas prácticas que puedan servirte personalmente como ejercicios de relajación autocontrolada, a fin de que puedas usarlos en cuantas ocasiones estimes oportunas.
Psicomotrocidad
Se trata de un término amigo que os ayudará igual que os sirvió a muchos de vosotros cuando os encontrabais en el parvulario (no pretendemos volver a esa época, aunque sí recuperar un lugar importante para el juego y el movimiento).
Es cierto que a cada actitud mental le sucede instantáneamente una actitud corporal. Así, relacionamos pensamiento y movimiento; de modo que caminamos, comemos, hacemos cualquier acción física porque instantes antes nuestra mente ha dado la orden correcta y oportuna y el cuerpo ha obedecido.
Esa relación mente-movimiento es, en resumidas cuentas, el campo donde se mueve la psicomotricidad.
La psicomotricidad os ayudará, pues, aun en vuestros niveles y a vuestras edades, a ser capaces de sentir y vivir globalmente vuestro cuerpo, siempre en contacto con el medio, que es como decir el espacio, el ambiente, las circunstancias y la actividad tal vez nueva que vamos a vivir íntegra, total y libremente…; y que es también como decir el lugar, el marco donde poder actuar con el cuerpo, modificando lo exterior, creando otras cosas, reinventándolo todo.
Expresión corporal
Es un término aún confuso, aún bastante indefinido. Hay personas que identifican claramente la expresión corporal con la danza; otros lo hacen con el mimo; lo cierto es que en nuestros días, siendo como es un término de moda dado su amplio uso, se extiende hacia otros campos como el de la propia psicomotricidad, el psicodrama o la educación física.
Partiremos, por tanto, de una posible definición que nos sirva para un breve análisis del término:
La expresión corporal es una experiencia de movimiento libre y creativo que prepara y estimula al cuerpo para inventar instantáneamente respuestas satisfactorias a situaciones nuevas, experiencia que surge en relación con el medio de aquel que lo practica: con el espacio, con los objetos y con el resto de los individuos participantes. |
Así, mediante la expresión corporal, volvemos a tomar conciencia de lo que es capaz de hacer nuestro propio cuerpo, de una forma libre y espontánea, aunque, lógicamente, haya alguien que nos proponga, por ejemplo, los ejercicios y actividades expuestas en este libro y que actúe como motor-reactor de las futuras acciones que vayamos a producir y nos relacione con lo que nos es más inmediato: el espacio que nos circunda, los objetos que lo pueblan y, sobre todo, las personas que actúan también en nuestro entorno, creando (porque, ante todo, es una práctica creativa; expresión y creatividad siempre van unidas) y dando respuestas individuales y colectivas a unas situaciones que, aun no siendo habituales, seguro que somos capaces de recrear.
Danza
En este apartado se piensa en un tiempo dedicado esencialmente a esta manifestación artística, pero especialmente en un plano popular, pues no deja de ser una invitación al aprendizaje de viejas danzas del lugar y de otras no tan viejas y de variados lugares para que, a través del baile, encontréis igualmente el camino de la expresión.
No se indica, por tanto, ni las danzas ni sus movimientos. Pero la invitación está hecha: consultad a vuestros profesores, asociaciones de padres o especialistas en general que intervenga en este apartado. Empezad, si queréis, por los bailes típicos de vuestra zona de residencia (sardanas, jotas, sevillanas, polcas…) y abrid poco a poco el amplio abanico de danzas de vuestra tierra; bailad sencillas danzas del mundo…
Y si os animáis, jugad a reglar vosotros mismos algún tipo de danza sencilla. Veréis cómo resulta una increíble y gratificante experiencia.
Improvisación
Improvisar –aunque lo hayas deducido ya– es realizar una acción determinada sin que exista para ello una preparación previa.
Patrice Pavis define al acto de la improvisación en su Diccionario del teatro como «una técnica de actuación donde el actor representa algo imprevisto, no preparado de antemano e inventado al calor de la acción».
Por eso, todas las actividades que surjan en este apartado, nutridas y potenciadas por la creatividad como eje y motor que las sustente, serán importantes y esenciales para el desarrollo global de toda la experiencia que encierra este libro, para lo cual es importante tener en cuenta que vuestras improvisaciones han de salir espontáneamente a partir de ciertos estímulos dados –como, por ejemplo, los surgidos a raíz de los ejercicios de improvisación recogidos en el apartado correspondiente– y con un carácter siempre abierto a las aportaciones y sugerencias de los demás.
Y os interesará especialmente usar la analogía para desarrollar vuestras improvisaciones, ya que la analogía permite, por comparación, establecer relaciones de semejanza entre dos o más cosas. No os debe importar relacionar elementos dispares mediante este tipo de improvisaciones, pues estas interconexiones resultan aún más sugestivas y facilitan vuestra acción creadora.
Juegos colectivos
Con respecto a los juegos, libres o reglados, que pueden cerrar cada sesión –aunque todas las actividades reseñadas en este libro no dejan de ser juegos–, resulta conveniente concluir las distintas sesiones con juegos muy divertidos y gratificantes en donde la participación de todos los componentes del taller sea un objetivo prioritario; actividades que, por lo demás, os aseguren, como responsables del taller, la voluntad firme, creativa, desinhibidora y entusiasta de todo un colectivo que quiere progresar en su proceso personal y colectivo de formación dramática.
Hay –en su apartado correspondiente– una relación de juegos que os pueden servir a la hora de abordar vuestras sesiones. Pero, evidentemente, no tienen por qué ser éstos los únicos que os sirvan. Sería interesante que recopilarais un buen montón de juegos y, sobre todo, que los practicarais. Ya sabéis que también a través del juego aprendéis muchísimas cosas sobre vosotros mismos y sobre los demás.
actividades
1. Intentad diferenciar cada uno de los conceptos apuntados en este tema. Para ello, por pequeños grupos, seleccionad una actividad por cada uno de los apartados definidos, confeccionando así una sesión tipo encuadrada en un taller de teatro.
Ponedlas en común y entre todos poneos de acuerdo para desarrollar una de forma práctica. Es importante que os guiéis de los ejercicios propuestos en la segunda parte de este libro.
2. Confeccionad una relación de danzas del lugar y de otras que os interese aprender.
Buscad a la persona o personas que os la puedan enseñar y estudiad la posible manera de que esto –espacial y temporalmente– sea posible.
3. Recoged, individual y colectivamente, juegos de vuestra tierra, preguntando a los mayores, investigando…
Recopilad juegos por medio de fichas que conformen el Fichero de juegos para el taller.
Por último, disponeos a practicar todos los juegos del fichero y valorad para futuras experiencias aquellos que alcancen mejores resultados.