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DIARIO PARA ESTOICOS

Ryan Holiday es el autor de los superventas Confía en mí, estoy mintiendo; Growth Hacker Marketing; El obstáculo es el camino y El ego es el enemigo. Sus libros han sido traducidos a diecinueve idiomas y sus artículos han aparecido en todas partes, desde revistas como Columbia Journalism Review o Psychology Today hasta la revista de negocios Fast Company.

Stephen Hanselman ha trabajado durante más de tres décadas en la industria editorial como librero, editor y agente literario. Se graduó en la Harvard Divinity School, donde realizó un posgrado mientras estudiaba en el departamento de Filosofía de Harvard.

Otros títulos de RYAN HOLIDAY

La quietud es la clave

Growth Hacker Marketing:

El futuro del Social Media y la Publicidad

Confía en mí, estoy mintiendo:

Confesiones de un manipulador de los medios

El obstáculo es el camino:

El arte inmemorial de convertir las pruebas en triunfo

El ego es el enemigo

The Daily Stoic

Diario para estoicos

© 2016, Ryan Holiday y Stephen Hanselman

All rights reserved.

Esta edición:

© Editorial Reverté, S. A., 2020

Loreto 13-15, Local B. 08029 Barcelona – España

revertemanagement@reverte.com

Edición en papel

ISBN: 978-84-17963-15-6

Edición ebook

ISBN: 978-84-291-9582-8 (ePub)

ISBN: 978-84-291-9583-5 (PDF)

Editores: Ariela Rodríguez/Ramón Reverté

Coordinación editorial y maquetación: Patricia Reverté

Traducción: Aridela Trejo

Revisión de textos: Genís Montrabà

Digitalización: Reverté-Aguilar

La reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, queda rigurosamente prohibida, salvo excepción prevista en la ley. Asimismo queda prohibida la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo público, la comunicación pública y la transformación de cualquier parte de esta publicación sin la previa autorización de los titulares de la propiedad intelectual y de la Editorial.

De Stephen para mi adorada Julia, quien me ayudó a encontrar la alegría.

Son hombres ociosos solo quienes están libres para la sabiduría, solo ellos están vivos, pues no conservan tan solo su vida: cualquier tiempo lo añaden al suyo; todos los años que se han desarrollado antes que ellos, están adquiridos para ellos. Si no somos de lo más desagradecido, reconoceremos que los esclarecidos fundadores de venerables doctrinas nacieron para nosotros, organizaron su vida para nosotros.

Séneca, Sobre la brevedad de la vida, 14.1

CONTENIDOS

Introducción

Primera parte: la disciplina de la percepción

Enero: claridad

Febrero: pasiones y emociones

Marzo: conciencia

Abril: pensamiento imparcial

Segunda parte: la disciplina de la acción

Mayo: acciones concretas

Junio: resolución de problemas

Julio: deber

Agosto: pragmatismo

Tercera parte: la disciplina de la voluntad

Septiembre: fortaleza y resiliencia

Octubre: virtud y bondad

Noviembre: aceptación/amor fati

Diciembre: meditación sobre la mortalidad

Cómo seguir siendo estoico

modelo de la práctica estoica tardía y glosario de términos y pasajes clave

Lecturas recomendadas

Enero

Claridad

1 de enero

Control y elección

En esto consiste la tarea principal de la vida. Distingue las cosas, ponlas por separado y di: «Lo exterior no depende de mí, el albedrío depende de mí. ¿Dónde buscaré el bien y el mal? En lo interior, en mis cosas».

Epicteto, Disertaciones por Arriano, 2.5.4-5

El ejercicio más importante de la filosofía estoica es diferenciar entre lo que podemos cambiar y lo que no. Aquello sobre lo que tenemos influencia y aquello sobre lo que no. Cuando un vuelo se retrasa por causas climáticas, discutir con el encargado de la aerolínea no detendrá la tormenta. Por mucho que lo desees, no serás más alto o más bajo, ni habrás nacido en otro país. Sin importar lo mucho que lo intentes, no puedes obligar a nadie a que le caigas bien. En realidad, todo el tiempo que inviertas en esos propósitos inamovibles es tiempo que no utilizarás para las cosas que puedes cambiar.

Los grupos de rehabilitación de adicciones practican algo denominado oración de la serenidad: «Dios, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor de cambiar las cosas que sí y la sabiduría para distinguirlas». Los adictos no pueden cambiar los abusos que sufrieron en su infancia, no pueden revertir las elecciones que tomaron o los daños que han causado; sin embargo, pueden cambiar el futuro mediante el poder que tienen en el momento presente. Como dijo Epicteto, pueden controlar las elecciones que tomen en este momento.

Lo mismo ocurre en nuestro caso. Si podemos enfocarnos en distinguir qué elementos de nuestro día a día podemos controlar y cuáles no, no solo seremos más felices, sino que tendremos una ventaja clara sobre aquellas personas que no se han dado cuenta de que están librando una batalla que no pueden ganar.

2 de enero

La educación es libertad

¿Cuál es el fruto de estas doctrinas? Ha de ser el más hermoso y conveniente para los verdaderamente instruidos: imperturbabilidad, ausencia de miedo y libertad. Pues en esto no hemos de hacer caso al vulgo, que dice que «solo a los libres se les ha de permitir la instrucción», sino más bien a los filósofos, que dicen que «solo los instruidos son libres».

Epicteto, DiSERTACIONES POR ARRIANO, 2.1.21-22

¿Por qué elegiste este libro? ¿Por qué eliges cualquier otro? Para parecer más inteligente, pasar el rato en el avión o escuchar aquello que quieres hay lecturas mucho más sencillas.

Elegiste este libro porque estás aprendiendo a vivir. Porque quieres ser más libre, tener menos miedos y alcanzar un estado de paz. La educación (leer y reflexionar sobre la sabiduría de las mentes brillantes) no debe buscarse porque sí. Tiene un propósito.

Recuerda este imperativo los días que te sientas distraído, cuando te parezca que ver la televisión o comer un tentempié es más provechoso que leer o estudiar filosofía. El conocimiento (en particular, el conocimiento de uno mismo) es libertad.

3 de enero

Muéstrate implacable con las cosas que no importan

Cuántos te han robado la vida sin que tú te percataras de lo que perdías. Cuánto te ha quitado el resentimiento vano, la alegría estúpida, el deseo ansioso, las relaciones lisonjeras, qué poco de lo tuyo se te ha dejado: comprenderás que vas a morir prematuramente.

Séneca, Sobre la brevedad de la vida, 3.3

Una de las cosas más difíciles en la vida es decir «no» a las invitaciones, las solicitudes, las obligaciones… a las cosas que todos los demás están haciendo. Es aún más difícil decir «no» a las emociones que consumen mucho tiempo: la ira, la agitación, la distracción y la lujuria. Ninguno de estos impulsos parece pernicioso por sí mismo, pero fuera de control se convertirá en una condena.

Si no tienes cuidado, esas son precisamente la clase de imposiciones que oprimirán y consumirán tu vida. ¿Alguna vez te has preguntado cómo puedes recuperar parte de tu tiempo, cómo puedes sentirte menos ocupado? Comienza por aprender el poder de decir «¡no!». Por ejemplo: «No, gracias», «No, no me involucraré en esto», «No, ahora no puedo». Es probable que hieras los sentimientos de alguien o que ciertas personas se molesten. Implicará mucho esfuerzo. Pero, cuanto antes renuncies a las cosas que no son importantes, más podrás dedicarte a las que importan. Esto te permitirá vivir y disfrutar tu vida: la vida que quieres.

4 de enero

Las tres grandes

Es suficiente la opinión presente que capta lo real, la acción presente útil a la comunidad y la presente disposición capaz de complacer a todo lo que acontece procedente de una causa exterior.

Marco Aurelio, Meditaciones, 9.6

Percepción, acción y voluntad. Estas son las tres disciplinas complementarias pero fundamentales del estoicismo (así como de la organización de este libro y del viaje de un año que acaba de empezar). Claramente, esta filosofía implica mucho más, y podríamos pasar todo el día hablando de las doctrinas particulares de varios estoicos: «Heráclito pensaba que…», «Zenón es originario de Citio, una ciudad de Chipre, y creía que…». Sin embargo, ¿esa información te ayudaría en tu día a día?

¿Qué claridad proporciona este tipo de conocimientos?

En cambio, el siguiente recordatorio resume las tres partes esenciales de la filosofía estoica que vale la pena tener en mente todos los días, en todas las decisiones que tomes:

Controla tus percepciones.

Dirige tus acciones adecuadamente.

Acepta con voluntad lo que está fuera de tu control.

Es todo lo que necesitamos hacer.

5 de enero

Aclara tus intenciones

Que todo trabajo se refiera a algo y tenga algún propósito. No es el trabajo quien mueve a los inquietos, sino que, como a los locos, los agitan las imágenes falsas de las cosas.

Séneca, Sobre la tranquilidad del espíritu, 12.5

La ley 29 de Las 48 leyes del poder es: planea hasta el final. El autor, Robert Greene, afirma que «cuando planeas hasta el final, no te agobiarán las circunstancias y sabrás cuándo terminar. Anticípate a la suerte y contribuye a moldear tu futuro». El segundo hábito en Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva es «comenzar con un fin en mente».

Tener un fin en mente no garantiza alcanzarlo (ningún estoico toleraría esa suposición), pero no tenerlo garantiza que no lo cumplirás. Para los estoicos, las oiêsis (las opiniones falsas) son responsables no solo de las turbaciones del alma, sino del caos y la disfunción de la vida. Cuando no diriges tus esfuerzos hacia una causa o un fin, ¿cómo sabrás qué hacer en tu día a día? ¿Cómo sabrás a qué decir «no» y a qué decir «sí»? Si nunca has definido esas cosas, ¿cómo sabrás cuándo has cumplido tu meta o cuando te has desviado del camino?

La respuesta es que no hay manera de saberlo. Así que te encuentras con el fracaso, o peor, con la locura que surge del olvido y la falta de dirección.

6 de enero

Dónde, quién, qué y por qué

El que no sabe lo que es el mundo, no sabe dónde está. Y el que no sabe para qué ha nacido, tampoco sabe quién es él ni qué es el mundo. Y el que ha olvidado una sola cosa de esas, tampoco podría decir para qué ha nacido. Entonces, ¿quién te parece que es el que evita el elogio de los que aplauden..., los cuales ni conocen dónde están, ni quiénes son?

Marco Aurelio, Meditaciones, 8.52

El fallecido comediante Mitch Hedberg solía contar una historia graciosa en su espectáculo. Durante una entrevista radiofónica en directo, un locutor le preguntó: «¿Quién eres?». En ese momento tuvo que pensar: ¿Este tipo es profundo o estoy en el sitio equivocado?

Con cuánta frecuencia nos preguntamos algo tan sencillo como «¿quién soy?», «¿qué hago?» o «¿de dónde vengo?». Como consideramos que son preguntas superficiales (si es que nos las planteamos), nos conformamos con respuestas superficiales.

Pero, incluso si una pistola apuntara a nuestra cabeza, la mayoría de nosotros no podría dar una respuesta sustancial. ¿Tú podrías? ¿Te has tomado el tiempo de saber con claridad quién eres y qué representas? ¿O estás muy ocupado con cosas que no son importantes, imitando modelos incorrectos y siguiendo caminos decepcionantes, insatisfactorios o inexistentes?

7 de enero

Siete funciones claras de la mente

Las tareas del alma se basan en elegir, rechazar, desear, renunciar, preparar, encontrar y aceptar. ¿Qué es lo que puede ensuciar el alma de estas tareas ? Nada más que los juicios malignos.

Epicteto, Disertaciones por Arriano, 4.11.6-7

Examinemos cada una de esas tareas:

Elegir actuar y pensar correctamente.

Rechazar las tentaciones.

Desear ser mejor.

Renunciar a la negatividad, las malas influencias y lo que no es verdadero.

Prepararse para lo que nos espera, para lo que pueda suceder.

Encontrar nuestro principio rector y nuestras prioridades.

Aceptar no engañarnos sobre lo que podemos controlar y lo que no (sobre todo, esto último).

Esto es lo que nuestra mente tiene que hacer. Debemos asegurarnos de que lo haga y considerar todo lo demás como contaminación o corrupción.

8 de enero

Reconocer nuestras adicciones

El que desea dar pruebas de una y otra virtud [piedad y fidelidad] tendrá que sufrir muchas molestias, que denominamos males, y sacrificar muchos gustos, en los que nos complacemos como si fueran bienes. Perece la fortaleza que debe ponerse a prueba a sí misma; perece la magnanimidad que no puede brillar si no menosprecia cual naderías los objetos que el vulgo codicia como valiosos.

Séneca, Epístolas morales a Lucilio, 74.12-13

Esas indulgencias que consideramos inofensivas pueden convertirse en adicciones en toda regla. Comenzamos con un café por la mañana y al poco tiempo ya no podemos empezar el día sin él. Revisamos nuestro correo porque es parte de nuestro trabajo y, de repente, sentimos en nuestro bolsillo una vibración fantasma del teléfono cada pocos segundos. Muy pronto, estos hábitos inofensivos arruinan nuestras vidas.

Esas pequeñas compulsiones e impulsos no solo socavan nuestra libertad y nuestra soberanía, sino que también nublan nuestra claridad. Creemos que tenemos el control, pero ¿es así? En palabras de un adicto, la adicción se da cuando «perdemos la libertad de abstenernos». Recuperemos esa libertad.

En tu caso, esa adicción puede variar: ¿refrescos?, ¿drogas?, ¿quejarte?, ¿cotillear?, ¿internet?, ¿morderte las uñas? Sin embargo, debes recuperar la capacidad de abstenerte, porque en ella se encuentra tu claridad y el control de ti mismo.

9 de enero

Lo que controlamos y lo que no

Hay ciertas cosas que dependen de nosotros y otras que no. Dependen de nosotros la opinión, las inclinaciones, el deseo, la aversión y, en definitiva, todo lo que son nuestros propios actos. No dependen de nosotros el cuerpo, las riquezas, la reputación, los cargos y, en definitiva, todo lo que no son nuestros propios actos. Las cosas que dependen de nosotros son por naturaleza libres, no están sujetas a restricciones ni impedimentos; pero las cosas que no dependen de nosotros son débiles, serviles y están sujetas a restricciones impuestas por la voluntad de otros.

Epicteto, Enquiridión, 1.1

Hoy no controlarás los sucesos exteriores. ¿Te da miedo? Un poco, pero todo vuelve a su sitio cuando nos damos cuenta de que podemos controlar nuestra opinión sobre esos sucesos. Tú decides si son buenos o malos, justos o injustos. No controlas la situación, pero sí controlas lo que piensas sobre ella.

¿Entiendes cómo funciona? Absolutamente todas las cosas que no controlamos (el mundo exterior, otras personas, la suerte, el karma, lo que sea) presentan un área correspondiente que sí puedes controlar. Solo con eso tenemos mucho margen de maniobra, mucho poder.

Lo mejor de todo es que entender lo que controlamos nos brinda claridad real sobre el mundo: todo lo que tenemos es nuestra propia mente. Hoy, cuando intentes dirigir tu influencia hacia fuera, recuerda que es mucho mejor y más conveniente hacerlo hacia dentro.

10 de enero

Si quieres ser constante

La esencia del bien es cierta clase de albedrío; la del mal, cierta clase de albedrío. Entonces, ¿qué es lo exterior? Materias para el albedrío, en cuyo trato alcanzará su propio bien o mal. ¿Cómo alcanzar el bien? Si no admira las materias. Pues si las opiniones sobre las materias son correctas, hacen bueno el albedrío, pero si son torcidas y desviadas, malo.

Epicteto, Disertaciones por Arriano, 1.29.1-3

A los estoicos les interesa la constancia, la estabilidad y la tranquilidad: rasgos a los que la mayoría aspiramos, pero que solemos experimentar de manera fugaz. ¿Cómo cumplir una meta tan inaccesible? ¿Cómo encarnar la eustatheia, palabra con la que Arriano describió esta enseñanza de Epicteto?

No es cuestión de suerte. No hay que eliminar las influencias externas, ni escapar para buscar la calma y la soledad. En cambio, se trata de filtrar el mundo exterior a través del corrector de nuestro juicio. Nuestra razón puede hacer eso: tomar la naturaleza retorcida, confusa y agobiante de los sucesos externos y poner orden.

Sin embargo, si nuestro juicio está retorcido porque no empleamos la razón, entonces todo lo demás estará retorcido y perderemos la capacidad de tranquilizarnos en el caos y la prisa de la vida. Si quieres ser constante, si quieres claridad, debes emplear el juicio adecuado.

11 de enero

Si quieres ser inconstante

Pues si uno pone la precaución donde hay albedrío y obras del albedrío, al punto, junto con el querer precaverse y para ello tendrá a su disposición el rechazo. Pero si la usa donde las cosas no dependen de nosotros ni de nuestro albedrío, al experimentar rechazo de lo que depende de otros, por fuerza sentirá temor, agitación, inquietud.

Epicteto, Disertaciones por Arriano, 2.1.12

La imagen característica del filósofo zen es la de un monje en unas colinas verdes y silenciosas o en un hermoso templo sobre un acantilado. Los estoicos son la antítesis de esta idea. Representan al hombre en el mercado, al senador en el Foro, a la esposa valiente esperando a que su soldado regrese de batalla, a la escultora ocupada en su estudio. Pese a todo ello, el estoico permanece en paz.

Epicteto te recuerda que la serenidad y la estabilidad son resultado de tu albedrío y juicio, no de tu entorno. Si quieres evitar todas las interrupciones que te impiden estar tranquilo (otras personas, los sucesos externos, el estrés), nunca lo conseguirás. Tus problemas te perseguirán cada vez que huyas y te escondas. Pero, si quieres evitar los juicios nocivos y perturbadores que ocasionan dichos problemas, entonces debes ser constante y estable allí donde estés.

12 de enero

El único camino para la serenidad

Hay un camino para la serenidad —tenlo a mano al alba, durante el día y por la noche—: el rechazo a lo que no depende del albedrío, el no considerar nada como propio, el entregar todo al Genio, a la Fortuna.

Epicteto, Disertaciones por Arriano, 4.4.39

Esta mañana recuerda qué controlas y qué no. Recuerda enfocarte en lo primero, no en lo segundo.

Antes de comer, recuerda que lo único que posees es tu capacidad para tomar decisiones (para emplear la razón y el juicio al hacerlo). Es lo único que nunca te pueden quitar del todo.

Por la tarde, recuerda que además de las decisiones que tomas, tu destino no depende de ti por completo. El mundo está girando y nosotros giramos con él, sin importar la dirección, buena o mala.

Por la noche, recuerda de nuevo cuánto está fuera de tu control y dónde comienzan y terminan tus elecciones.

Recostado en la cama, recuerda que el sueño es una forma de entrega; confía y admira la facilidad con la que llega. Y prepárate para nuevamente comenzar mañana todo el ciclo.

13 de enero

El círculo de control

De nosotros dependen el albedrío y todas las acciones del albedrío; no dependen de nosotros el cuerpo, las partes del cuerpo, las propiedades, los padres, los hermanos, los hijos, la patria y, sencillamente, quienes nos acompañan.

Epicteto, Disertaciones por Arriano, 1.22.10

Esto es tan importante que vale la pena repetirlo: una persona sensata reconoce qué hay en el interior de su círculo de control y qué hay fuera de él.

La buena noticia es que resulta muy sencillo recordar lo que controlamos. Según los estoicos, el círculo de control contiene una sola cosa: tu mente. Así es, incluso tu cuerpo físico no entra del todo en el círculo. A fin de cuentas, en cualquier momento podrías padecer una enfermedad o una discapacidad. Podrías viajar a un país extranjero y terminar en la cárcel.

Pero es una buena noticia porque así disminuye drásticamente la cantidad de cosas en las que tienes que pensar. La simplicidad implica claridad. Mientras todo el mundo va de un lado al otro con una lista kilométrica de responsabilidades (cosas de las que de hecho no son responsables), tú solo tienes una responsabilidad. Solo tienes que hacerte cargo de una cosa: tus decisiones, tu voluntad, tu mente.

Así que tenlo en cuenta.

14 de enero

Corta los hilos que manipulan tu mente

Acaba alguna vez de conocer que posees en ti mismo algo más noble, más divino que los objetos que excitan en ti las pasiones y te agitan, en una palabra, a manera de un títere. ¿Cuál es ahora mi pensamiento? ¿Acaso el temor, la sospecha, la codicia u otra pasión análoga?

Marco Aurelio, Meditaciones, 12.19

Piensa durante un minuto en todos los intereses que compiten por tu atención, tu tiempo y tu dinero. Los científicos especializados en alimentación desarrollan productos para explotar tus papilas gustativas. Los ingenieros de Silicon Valley diseñan aplicaciones tan adictivas como las apuestas. Los medios de comunicación crean historias para provocar el enfado y la indignación de la gente.

Se trata de una pequeña muestra de las tentaciones y las fuerzas que nos influyen, nos distraen y nos alejan de las cosas verdaderamente importantes. Por suerte, Marco Aurelio no estaba expuesto a las influencias extremas de nuestra cultura moderna. Sin embargo, también conocía muchos elementos distractores: las habladurías, el interminable reclamo del trabajo, los miedos, la sospecha y la lujuria. A todos los seres humanos nos atraen esas fuerzas internas y externas que cada vez son más poderosas y difíciles de resistir.

La filosofía consiste simplemente en poner mucha atención y esforzarse por ser algo más que un simple peón. Como afirma Viktor Frankl en La voluntad de sentido: «Al hombre lo animan los impulsos, pero los valores lo restringen». Esos valores y la consciencia de uno mismo evitan que seamos títeres. Es verdad, estar atento requiere esfuerzo y consciencia, pero ¿acaso no es mejor que ser una marioneta?

15 de enero

LA PAZ CONSISTE EN SABER MANTENER EL RUMBO

La tranquilidad solo alcanza a quienes se han formado un juicio inmutable y seguro: los demás enseguida desfallecen y luego se recuperan. Fluctúan alternativamente entre renuncias y deseos. ¿Cuál es la causa de su agitación? Que nada queda claro a los que siguen la más insegura de las normas, la opinión pública.…

Séneca, Epístolas morales a Lucilio, 95.57-58

Séneca, en su ensayo sobre la tranquilidad, emplea la palabra griega euthymia, a la cual define de este modo: «tener confianza en ti mismo y creer que vas por el buen camino, sin dejarte desviar en absoluto por las huellas sin sentido de los muchos que vagan en todas direcciones». Ese estado mental es el que proporciona tranquilidad.

Tener un punto de vista claro nos permite sostener esa afirmación. Esto no quiere decir que siempre vayamos a estar seguros de todo o que debamos estarlo. En cambio, quiere decir que podemos estar seguros de que vamos en la dirección correcta; que no necesitamos compararnos constantemente con los demás ni cambiar de opinión cada tres segundos, según la nueva información que encontremos.

Por el contrario, la tranquilidad y la paz se encuentran cuando identificamos nuestro camino y lo acatamos. La clave se encuentra en seguir nuestro rumbo (naturalmente, podemos hacer ajustes cuando haga falta), ignorando las sirenas que nos distraen y nos llaman para que escoremos hacia las rocas.

16 de enero

Nunca hagas nada por costumbre

En la mayor parte de los casos no nos servimos coherentemente de las presunciones correctas en los asuntos, sino que más bien seguimos la costumbre vil. Y puesto que afirmo que esto es así, el que practica ha de buscar vencerse a sí mismo, no gustar del placer, no rechazar los trabajos, no deleitarse con la vida, no temer la muerte y, en cuestiones de dinero, no preferir el cobrar al pagar.

Musonio Rufo, Disertaciones, 6.27.5-15

Le preguntan a un empleado: «¿Por qué lo hiciste así?». Él responde: «Porque siempre lo hemos hecho así». Esta respuesta frustra a cualquier buen jefe y hace salivar a cualquier emprendedor. El empleado ha dejado de pensar y está operando mecánicamente, a partir del hábito. Es el momento oportuno para que la competencia trastoque el negocio, y es probable que cualquier jefe con sentido común despida a ese trabajador.

Deberíamos ser igual de implacables con nuestros propios hábitos. De hecho, estamos estudiando filosofía precisamente para poner fin a la conducta mecánica. Piensa qué haces a partir de la memoria mecánica o la rutina. Pregúntate: ¿De verdad es la mejor manera de hacerlo? Pregúntate por qué lo haces: hazlo por las razones correctas.

17 de enero

REANUDA EL VERDADERO TRABAJO

Soy vuestro educador y vosotros ahora os educáis conmigo. Y yo tengo este proyecto: haceros libres de trabas, incoercibles, sin impedimentos, libres, venturosos, felices, con la vista puesta en la divinidad para todo, lo pequeño como lo grande; y vosotros estáis aquí para aprender y ejercitaros en ello. ¿Por qué, entonces, no lleváis a cabo la tarea, si también vosotros tenéis un proyecto como es debido y yo poseo para ese proyecto una preparación como es debido? ¿Qué es lo que falta?… El propio asunto es factible y depende solo de nosotros… Dejemos el pasado atrás. Simplemente, empecemos; creedme y veréis.

Epicteto, Disertaciones por Arriano, 2.19.29-34

¿Recuerdas cuando, en la escuela o en tu infancia, no intentabas hacer algo porque temías hacerlo mal? La mayoría de los adolescentes prefieren haraganear en vez de esforzarse. El trabajo poco entusiasta y perezoso les brinda una excusa perfecta: «No me importa. Ni siquiera lo he intentado».

A medida que maduramos, el fracaso deja de ser insignificante. Ya no nos jugamos una calificación o un trofeo deportivo, sino nuestra calidad de vida y la capacidad para lidiar con el mundo que nos rodea.

Pero no dejes que eso intimide. Tienes a los mejores profesores del mundo: a los filósofos más sabios de la historia. Tienes las facultades necesarias, y el profesor te está pidiendo algo muy sencillo: empieza a trabajar. Lo demás llegará como consecuencia de ello.

18 de enero

Mira el mundo como poeta y artista

Pasemos, pues, este corto instante de la vida conforme a nuestra naturaleza; sometámonos voluntariamente a nuestra destrucción como la aceituna madura que, al caer, parece que bendice la tierra que la ha producido y da gracias al árbol que la ha llevado.

Marco Aurelio, Meditaciones, 4.48

En las Meditaciones de Marco Aurelio hay expresiones de una belleza impresionante: un complemento asombroso si se tiene en cuenta el público al que estaban dirigidas (él mismo). En un pasaje, alaba la «gracia y el atractivo» de los procesos de la naturaleza, «las espigas que se doblan hacia la tierra, los pliegues que surcan la frente del león, la espuma que mana del hocico del jabalí». Deberíamos agradecer a Marco Cornelio Frontón, su profesor privado de retórica, las imágenes de estos vívidos pasajes. El padre adoptivo de Marco Aurelio eligió a Frontón, (considerado por muchos el mejor orador de Roma, además de Cicerón) para que enseñara a Marco Aurelio a pensar, escribir y hablar.

No solo son frases hermosas, sino que también le brindaron (y ahora, a nosotros) una perspectiva elocuente sobre los sucesos en apariencia ordinarios o no bellos. Se requiere la mirada de un artista para ver que el final de la vida no es distinto de un fruto maduro que cae del árbol. Un poeta es el único que puede darse cuenta de cómo «el pan que se cuece se agrieta en determinados lugares y las hendiduras así formadas, contrarias a lo que prometía el arte del panadero, ofrecen un cierto placer y estimulan de un modo peculiar el apetito», y que puede encontrar una metáfora en ellas.

Ver aquello que los demás no pueden ver, encontrar la gracia y la armonía en los lugares que los demás pasan por alto, implica claridad (y alegría). ¿Acaso no es mucho mejor que ver el mundo como un sitio sombrío?

19 de enero

Adondequiera que vayas, conservas tu albedrío

La tribuna y la cárcel son dos lugares distintos; el uno, elevado; el otro, humilde; pero el albedrío es igual. Si quieres conservarlo igual en cada uno de esos lugares, puede ser conservado.

Epicteto, Disertaciones por Arriano, 2.6.25

Los estoicos tenían ocupaciones infinitamente distintas. Algunos eran ricos, otros nacieron en el último peldaño de la rígida jerarquía romana. Algunos tuvieron una vida fácil; otros, increíblemente difícil. Ese también es nuestro caso. Todos acudimos a la filosofía desde orígenes distintos, incluso en nuestra propia vida experimentamos episodios de buena y mala suerte.

Sin embargo, en todas las circunstancias —adversidades o ventajas—, en el fondo solo tenemos que hacer una cosa: enfocarnos en lo que está bajo nuestro control y distinguir lo que no. Ahora mismo, es posible que estemos cabizbajos por culpa de alguna dificultad. Quizá hace un par de años experimentamos la prosperidad absoluta. Y en un par de días quizá nos vaya tan bien que el éxito se vuelva una carga. Pero una sola cosa se mantendrá constante: nuestro albedrío, tanto en las cosas importantes como en las pequeñas.

En el fondo, eso es claridad. Al margen de lo que seamos o de donde nos encontremos, lo que importa son nuestras elecciones. ¿Cuáles son? ¿Cómo hemos llegado a ellas? ¿Cómo las aprovecharemos al máximo? Esas son las preguntas que nos plantea la vida sin que importe nuestra situación. ¿Cómo responderás?

20 de enero

REINICIA TUS PRINCIPIOS

Los principios de la filosofía viven. ¿De qué modo podrían morir, a no ser que se amortigüen las ideas que les corresponden? Y de ti depende el avivarlas sin cesar… tienes en tu mano revivir. Mira de nuevo las cosas con los mismos ojos con que antes las has visto, que en esto consiste el revivir.

Marco Aurelio, Meditaciones, 7.2

¿Has tenido una mala semana? ¿Te has alejado de los principios y creencias que valoras? No pasa nada, a todos nos ocurre.

De hecho, probablemente eso también le pasó a Marco Aurelio; tal vez por eso escribió esta reflexión. Quizá había negociado con senadores difíciles o había tenido algún problema con su atormentado hijo. Tal vez en alguna de esas situaciones perdió los estribos, se deprimió o simplemente perdió el control de sí mismo.

¿Quién no lo haría?

Sin embargo, lo importante es recordar que, a pesar de todo, sin importar cuán decepcionante haya sido nuestra conducta en el pasado, los principios se mantienen inalterables. Podemos adoptarlos de nuevo en cualquier momento. Lo que pasó ayer —lo que pasó hace cinco minutos— pertenece al pasado. Podemos volver a empezar cuando queramos.

¿Por qué no hacerlo ahora?

21 de enero

Un ritual matutino

Al punto de levantarse al alba, piensa:

Epicteto, Disertaciones por Arriano, 4.6.34-35

Mucha gente exitosa tiene un ritual matutino. Para algunos es la meditación. Para otros, el ejercicio. Para muchos, escribir en un diario apenas un par de páginas para plasmar sus pensamientos, sus miedos o sus anhelos. En estos casos, lo importante no es la actividad, sino el ritual de la reflexión. La idea consiste en tomarse un tiempo para mirar hacia uno mismo y examinarse.

Reservarse tiempo para uno mismo es una de las cosas que más defendían los estoicos. No sabemos si Marco Aurelio escribió sus Meditaciones por la mañana o por la noche, pero sí sabemos que se reservó momentos de tranquilidad a solas y en silencio, y que escribió para sí mismo y para nadie más. Si estás pensando dónde iniciar tu ritual, no es mala idea que sigas el ejemplo de Marco Aurelio o la lista de Epicteto.

A partir de hoy, todos los días, hazte las mismas preguntas complejas. Permite que la filosofía y el esfuerzo te guíen para encontrar las mejores respuestas, una vez al día, durante el resto de tu vida.

22 de enero

El día evaluado

Sin más, pondré la atención en mí y, cosa que resulta muy provechosa, revisaré mi jornada. Nos vuelve muy defectuosos el hecho de que nadie toma en consideración su vida; discurrimos sobre lo que hemos de hacer, y esto raras veces, pero no consideramos lo que hemos hecho; ahora bien, la previsión del futuro pende del pasado.

Séneca, Epístolas morales a Lucilio, 83.2

Séneca, en una carta a su hermano mayor, Novato, describe un ejercicio beneficioso que había tomado prestado de otro filósofo prominente. Al terminar el día, se planteaba variantes de las siguientes preguntas: ¿Qué mal he evitado hoy? ¿He mejorado en algo? ¿Mis acciones han sido justas? ¿Cómo puedo mejorar?

Al empezar o terminar cada día, el estoico se sienta con su diario y repasa qué ha hecho, qué ha pensado, qué podría mejorar. Por esta razón las Meditaciones de Marco Aurelio son un libro en cierta medida indescifrable, porque lo escribió para adquirir claridad personal, no beneficio público. Escribir ejercicios estoicos era, y sigue siendo, una forma de practicarlos, de la misma manera que lo es repetir una oración o un mantra.

Lleva un diario, ya sea en un ordenador o en una libreta. Tómate tu tiempo para recordar deliberadamente los sucesos del día anterior. Muéstrate riguroso en tus valoraciones. Analiza qué contribuyó a tu felicidad y qué la disminuyó. Anota qué aspectos te gustaría trabajar o citas que te gusten. Al esforzarte por registrar esas ideas, es menos factible que se te olviden. Además, de este modo, también llevarás la cuenta de tu progreso.

23 de enero

La verdad sobre el dinero

Pasemos a los ricos: ¡qué numerosas son las ocasiones en que son semejantes a los pobres! En viaje tienen que reducir su equipaje, y cuando se ven obligados a caminar deprisa, tienen que despedir su numerosa comitiva. Los que están en el ejército ¿qué parte de sus bienes llevan consigo?

Séneca, Consolación a su madre Helvia, 12.2

El escritor F. Scott Fitzgerald, quien con frecuencia ensalzaba el encanto de las vidas de los ricos y famosos en libros como El gran Gatsby, empieza uno de sus cuentos con estas líneas ahora clásicas: «Permitidme que os hable de quienes son riquísimos. Son diferentes a nosotros». Un par de años después de que se publicara este cuento, su amigo Ernest Hemingway bromeó con Fitzgerald al escribir: «Sí, ellos tienen más dinero».

Séneca nos lo recuerda. Al ser uno de los hombres más ricos de Roma sabía, de primera mano, que el dinero apenas cambia la vida. No resuelve los problemas como las personas que no lo tienen creen que lo hace. De hecho, ninguna posesión material lo hará. Las cosas externas no pueden solucionar problemas internos.

Muy a menudo, esto se nos olvida y nos causa mucha confusión y dolor. Como Hemingway escribiría después sobre Fitzgerald: «Él creía que [los ricos] eran una clase social particularmente glamurosa. Por eso, cuando descubrió lo contrario, sufrió la misma decepción que con todas aquellas cosas que lo decepcionaban». Lo mismo ocurre en nuestro caso.

24 de enero

Aspira a entender las cosas a fondo

Debo a Rústico el haber comprendido la necesidad de… leer con reflexión, sin contentarme con una noticia superficial de los escritos; no dar fácil asenso a las personas que charlan de todo fuera de propósito.

Marco Aurelio, Meditaciones, 1.7

El primer libro de las Meditaciones de Marco Aurelio comienza con un catálogo de gratitud. Agradece, una a una, las principales influencias en su vida. Una de las personas a las que menciona es Junio Rústico, un profesor que inculcó en su alumno el amor por la claridad, la comprensión a fondo y el deseo de no detenerse en la superficie cuando se trata de aprender.

Fue también gracias a Junio Rústico que Marco Aurelio conoció a Epicteto. De hecho, Rústico le prestó a Marco Aurelio su copia personal de las enseñanzas de Epicteto. Queda claro que este no se conformó con aprender los puntos esenciales de estas enseñanzas y que no los aceptó simplemente por tratarse de una recomendación de su profesor. Alguna vez, Paul Johnson dijo en broma que Edmund Wilson leía libros «como si estuviera en juicio la propia vida del autor». Así leyó también Marco Aurelio a Epicteto. Cuando creía que las enseñanzas eran correctas, entonces, las absorbía. Se convirtieron en parte de su ADN. Las citó ampliamente durante su vida, encontró claridad y fortaleza en sus palabras, incluso en medio del inmenso lujo y poder que llegó a poseer.

Ese es el tipo de lectura y estudio que debemos cultivar, por lo cual leeremos una única página al día, en vez de todo un capítulo. Así podremos tomarnos el tiempo necesario para leer con atención y a fondo.

25 de enero

El único premio

¿Queda algo, entonces, que pueda realizar la dignidad del hombre? Lo único, a mi parecer, es adaptar la conducta de cada uno a la organización interior de su ser, haciendo de esto el único objeto, como si se tratara del estudio y de las artes.… He aquí, pues, lo que hace al hombre verdaderamente digno de aprecio; si llegas a conseguir esta perfección, los demás objetos te parecerán indiferentes. ¿Acaso podrás luego dar importancia a otras cosas? ¿No serás libre nunca, ni capaz de bastarte a ti mismo, ni estarás exento de perturbación? Sin duda tendrás envidia, celos y sospechas de los que pudieran arrebatarte estos bienes imaginarios; y quizá también tiendas lazos a los que poseen lo que en tanta estima tienes… Si, por el contrario, respetas y honras tu alma, estarás siempre contento de ti mismo, en buena inteligencia con los hombres y de acuerdo con los dioses; sí, los bendecirás por todo lo que te envían y por todo lo que te han destinado.

Marco Aurelio, Meditaciones, 4.16

Warren Buffett, cuya fortuna asciende a cerca de 65 mil millones de dólares, vive en la misma casa que compró en 1958 por 31.500 dólares. John Urschel, defensa de los Baltimore Ravens, gana millones, pero vive con 25.000 dólares al año. Kawhi Leonard, la estrella de los San Antonio Spurs, a pesar de que tiene un contrato por unos 94 millones de dólares, se traslada en su camioneta Tahoe de 1997 que tiene desde la adolescencia. ¿Por qué? No porque sean tacaños, sino porque las cosas que consideran importantes son baratas.

Ni Buffett ni Urschel ni Leonard están donde están por casualidad. Su estilo de vida es el resultado de sus prioridades. Cultivan intereses que están por debajo de sus medios económicos y, como resultado, cualquier salario les otorgaría la libertad de cultivar las cosas que les importan. Lo que simplemente sucede es que se enriquecieron más allá de cualquier expectativa. Este tipo de claridad —sobre lo que más aman en la vida— significa que pueden disfrutar sus vidas, aunque los mercados se desplomaran o sus carreras se vieran interrumpidas por algún contratiempo.

Cuantas más cosas anhelemos y cuanto más tengamos que hacer para ganar o alcanzar esos logros, menos disfrutaremos de nuestra vida y menos libres seremos.

26 de enero

El poder de un mantra

Borra de tu pensamiento lo que solo es pura imaginación y háblate interiormente así: «En este mismo momento solo depende de mí el que no exista en mi alma ningún vicio, ninguna pasión, en una palabra, ningún desorden; para esto me basta únicamente con ver cada cosa tal como es y hacer de ella el uso que merezca». Acuérdate de este poder del cual estás investido por la Naturaleza.

Marco Aurelio, Meditaciones, 8.29

Es probable que cualquiera que haya tomado una clase de yoga o haya tenido algún acercamiento al pensamiento hindú o budista haya oído hablar del concepto del mantra. En sánscrito significa «enunciación sagrada» —es decir, una palabra, una frase, una idea, incluso un sonido— cuyo fin es brindar claridad o guía espiritual. Un mantra puede ser especialmente útil durante la meditación, porque nos permite bloquear todo lo demás mientras nos concentramos.

Tiene sentido entonces que Marco Aurelio haya sugerido este mantra estoico, un recordatorio o frase que podemos utilizar cuando sintamos que las falsas impresiones, las distracciones o el agobio de la vida cotidiana nos abruman. En esencia dice: «Tengo el poder dentro de mí para mantener esas cosas a raya. Puedo ver la verdad».

Adapta estas palabras como quieras. Eso depende de ti, pero ten un mantra y úsalo para encontrar la claridad que buscas.

27 de enero

Las tres áreas de ENTRENAMIENTO

Hay tres tópicos en los que ha de ejercitarse el que haya de ser bueno y honrado: el relativo a los deseos y los rechazos, para que ni se vea frustrado en sus deseos ni vaya a caer en lo que aborrece; el relativo a los impulsos y repulsiones y, sencillamente, al deber, para que actúe en orden, con buen sentido, sin descuido; el tercero es el relativo a la infalibilidad y a la prudencia y, en general, el relativo a los asentimientos.

De ellos el más importante y el que más urge es el relativo a las pasiones. Pues la pasión nace no de otro modo, sino al frustrarse el deseo o al ir a caer en lo que se aborrece.

Epicteto, Disertaciones por Arriano, 3.2.1-3

Hoy vamos a enfocarnos en las tres áreas de entrenamiento que definió Epicteto.

Primero debemos tener en cuenta cuáles son nuestros deseos y cuáles son nuestros rechazos. ¿Por qué? Para que persigamos lo bueno y evitemos lo malo. No es suficiente con escuchar a tu cuerpo, porque con frecuencia lo que nos atrae nos lleva por mal camino.

En segundo lugar, debemos examinar nuestros impulsos al actuar; esto es, nuestros motivos. ¿Estamos haciendo las cosas por las razones correctas? ¿O actuamos porque no nos hemos parado a pensar y creemos que tenemos que hacer las cosas de ese modo?

Por último, hablemos del juicio. Nuestra capacidad para ver las cosas con claridad y como es debido cuando empleamos el mayor regalo que nos ha dado la naturaleza: la razón.

Estas son las tres áreas de entrenamiento, que en la práctica están inevitablemente unidas. Nuestro juicio influye en lo que deseamos; nuestros deseos y nuestro juicio influyen en cómo actuamos. No obstante, no podemos sencillamente esperar a que eso ocurra. Debemos dedicar tiempo de verdadera reflexión y energía en cada aspecto de nuestra vida. Si lo hacemos, encontraremos la claridad y el éxito.

28 de enero

Observa a los sabios

Mira con atención los principios que guían a los sabios, qué cosas evitan y cuáles desean alcanzar.

Marco Aurelio, Meditaciones, 4.38

Para Séneca: «Si no es conforme a un patrón, no corregirás los defectos». Ese es el cometido de los sabios en nuestras vidas: ser modelos e inspiración, para compartir nuestras ideas y poner a prueba nuestras suposiciones.

De ti depende quién sea esa persona. Tal vez sea tu padre o tu madre. Tal vez un filósofo, un escritor o un pensador. Tal vez el mejor modelo sea preguntarte qué haría Jesús.

Elige a alguien, observa qué hace (y qué no hace) y esfuérzate por hacer lo mismo.

29 de enero

Opta por la sencillez

Siempre, a cualquier hora del día, procura conducirte como un buen romano, como ciudadano digno de este nombre, sin darte importancia, con amor hacia tus semejantes, con libertad, con justicia. Procura librarte, entonces, de otras preocupaciones, y seguramente lo conseguirás si cumples cada acto de tu vida como si fuese el último de tu existencia, es decir, sin precipitación, sin pasión alguna que te impida escuchar la razón; sin hipocresía, sin amor propio y sin indignación contra el destino. No son muchos preceptos, pero el que los observe puede estar seguro de llevar una vida dichosa, próspera y acorde a la Divinidad. Porque realmente esto es lo único que exigen los dioses.

Marco Aurelio, Meditaciones, 2.5

Cada día nos ofrece la posibilidad de pensar demasiado las cosas. ¿Qué me pongo? ¿Les caigo bien? ¿Estoy comiendo bien? ¿Qué me depara la vida? ¿Mi jefe está contento con mi trabajo?

Hoy, enfoquémonos en lo que tenemos delante. Sigamos el consejo que el entrenador Bill Belichickles da a los jugadores del New England Patriots: «Hagan su trabajo». Como un romano, como un buen soldado o como un maestro de tu oficio, no necesitas perderte en un sinfín de distracciones, ni en los asuntos ajenos.

Marco Aurelio sugiere que nos concentremos en cada tarea como si fuera la última, porque bien podría serlo. Incluso si no lo es, equivocarte con lo que tienes delante no ayuda en nada. Encuentra la claridad en la simplicidad de hacer lo que te toca.

30 de enero

No tienes que saberlo todo

Si quieres progresar en el estudio de la sabiduría, no rehúses, en las cosas exteriores, pasar por lerdo y por insensato. No busques pasar por sabio, y, si pasas por un personaje en la mente de algunos, desconfía de ti mismo.

Epicteto, Enquiridión, 13

Una de las respuestas más elocuentes que puedes decir como ser humano en nuestro mundo mediatizado, hiperconectado las veinticuatro horas del día, es: «No sé». O de forma más provocadora: «No me importa». Parece que buena parte de la sociedad considera un mandamiento estar al tanto de cada acontecimiento, ver cada capítulo de todas las series reconocidas por la crítica, seguir las noticias religiosamente y presentarse ante los demás como un individuo informado y sofisticado.

Pero ¿dónde está el mandamiento que diga que es necesario? ¿Es una obligación que imponga la policía? ¿O simplemente temes parecer inculto en una cena? Sí, tienes la obligación con tu país y tu familia de seguir los sucesos que les afectan directamente, pero nada más.

¿Cuánto tiempo, energía y capacidad intelectual tendrías si cortaras drásticamente tu consumo mediático? Si no te alterara o indignara cada escándalo, cada noticia de última hora o cada crisis (muchas de las cuales ni siquiera suceden), ¿no te sentirías más descansado y presente?

31 de enero

La filosofía como medicina del alma

No te entregues a la filosofía como un chiquillo cuando va a la escuela, sino como el enfermo de la vista que va en busca de una esponja o una venda, como el que se dispone a tomar una loción o a ponerse una cataplasma. De esta forma, no alardearás de una forzada obediencia a la razón, antes bien sentirás alivio en adherirte a sus dictámenes.

Marco Aurelio, Meditaciones, 5.9

Cuanto más ocupados estamos, cuanto más trabajamos, aprendemos o leemos, más nos distraemos. Seguimos un ritmo. Ganamos dinero, somos creativos, estamos estimulados y ocupados. Parece que todo va bien. Pero nos alejamos cada vez más de la filosofía.

Con el tiempo, este descuido contribuye a generar un problema —se acumula el estrés, se nubla la mente, olvidamos lo importante— y el resultado acaba afectándonos. Cuando sucede, es importante tomar el control, frenar el impulso y la situación. Recuperar el método y las prácticas que sabemos que tienen su base en la claridad, el buen juicio, los buenos principios y la buena salud.

El objetivo del estoicismo es ser la medicina del alma. Nos alivia de las vulnerabilidades de la vida moderna. Nos devuelve el vigor que necesitamos para prosperar en la vida. Recurre a él, y permite que haga su efecto.

Febrero

Pasiones y emociones

1 de febrero

Para el hombre impulsivo

Recuerda en los momentos de cólera que no es viril irritarse, y que la paciencia y la dulzura son las cualidades al mismo tiempo más humanas y fuertes; ellas indican vigor, coraje y energía. Porque cuanto más familiarizado estés con la impasibilidad, tanto mayor será tu fuerza.

Marco Aurelio, Meditaciones, 11.18

¿Por qué los atletas se insultan? ¿Por qué ofenden y maldicen a sus rivales cuando los árbitros no los ven? Para provocar una reacción. Distraer y enfadar a los oponentes es un método sencillo para que cometan algún error.

Intenta recordarlo cuando te enfades. Estar disgustado no es provechoso. Es un error, es una debilidad. Según lo que estés haciendo, incluso podría ser una trampa.