Félix Lope de Vega y Carpio
El marido más firme
Barcelona 2022
linkgua-digital.com
Título original: El marido más firme.
© 2022, Red ediciones S.L.
e-mail: info@red-ediciones.com
Diseño de cubierta: Michel Mallard.
ISBN rústica: 978-84-9816-177-9.
ISBN ebook: 978-84-9897-709-7.
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Sumario
Créditos 4
Brevísima presentación 7
La vida 7
Personajes 8
Dedicatoria 9
Jornada primera 11
Jornada segunda 49
Jornada tercera 87
Libros a la carta 127
La vida
Félix Lope de Vega y Carpio (Madrid, 1562-Madrid, 1635). España.
Nació en una familia modesta, estudió con los jesuitas y no terminó la universidad en Alcalá de Henares, parece que por asuntos amorosos. Tras su ruptura con Elena Osorio (Filis en sus poemas), su gran amor de juventud, Lope escribió libelos contra la familia de ésta. Por ello fue procesado y desterrado en 1588, año en que se casó con Isabel de Urbina (Belisa).
Pasó los dos primeros años en Valencia, y luego en Alba de Tormes, al servicio del duque de Alba. En 1594, tras fallecer su esposa y su hija, fue perdonado y volvió a Madrid.
Entonces era uno de los autores más populares y aclamados de la Corte. La desgracia marcó sus últimos años: Marta de Nevares una de sus últimas amantes quedó ciega en 1625, perdió la razón y murió en 1632. También murió su hijo Lope Félix. La soledad, el sufrimiento, la enfermedad, o los problemas económicos no le impidieron escribir.
Aristeo
Camilo
Eurídice
Fílida
Orfeo
Fabio
Dantea
Celio
Tirsi
Riselo
Claridano
Frondoso
Un Barquero
Proserpina
Radamanto
Un Capitán
Albante
A Manuel Faria de Sosa, noble ingenio lusitano
La fábula de Orfeo, que he dedicado al nombre de Vm., saliera a luz segura si tuviera las partes, colores retóricos y artificios poéticos que el Narciso de que Vm. ha honrado el mío en su dulce lengua portuguesa, donde verdaderamente se ven la erudición del arte y la excelencia del ingenio, que, como escriben de Antheo, que luchando con Hércules, todas las veces que tocaba la tierra cobraba nuevas fuerzas con el amparo de la patria, y no le pudo vencer hasta apartarle de ella, como él se alaba en Ovidio:
Saevoque alimenta parentis
aeanto eripui, etc.
Y en Juvenal:
Procul a tellure tenentis, etc.
Así, los que alejan de la propia lengua por levantarse al aire de su arrogancia mueren desamparados de su naturaleza, perdiendo las fuerzas que les hubiera dado reconocer la patria Todo lo que he visto de Vm., así en prosa como en verso, muestra bien la fertilidad de su claro juicio, que la abundancia (que algunos desestiman) a mí me persuade con el ejemplo de los campos, que el concierto breve de los cultivados jardines es inferior a la inmensa copia de la naturaleza, que en su variedad ha puesto hermosura, que en ella no solo no produce flores el arte; pero estaría como el fuego sin combustible, ejercitando su actividad dentro de su misma esfera, de que sería necesario que hubiese ingenios elementos próximos al cielo, donde por su raridad no fuesen vistos, no tuviesen necesidad de nutrimento, y que los nuestros no fuesen verdadero fuego, sino igneum aliquid. Escriba Vm. con fertilidad libros, canciones, fábulas, epitalamios, a imitación del abundante, insigne, dulce, heroico, grave y amoroso caballero Juan Bautista Marino, honrando y dilatando su lengua y la nuestra, que tan felizmente casa, venerado de los que saben que el alabanza no está en los presuntuosos que abrevian la mano al cielo, sino en los hombres virtuosos y científicos, y lea esta fábula, aplicándola a su moralidad, con el epigrama de Estephano Forcatulo:
Quid sibi vult antiqua rogat haec fabula, lector?
An quod is agrestes traxerit ore viros?
Inmanes flectit Regina oratio rerum:
Blanda nec alloquitur lingua: quid ergo? facit,
Capellán de su Vm.,
Lope Félix de Vega Carpio.