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ACERCA DEL AUTOR

Alberto Villoldo es psicólogo y antropólogo médico y ha estudiado las prácticas curativas de los chamanes andinos y del Amazonas. Dirige The Four Winds Society, centro educativo en el que forma a estudiantes de Estados Unidos y Europa en la práctica de la medicina energética chamánica; es fundador de Light Body School, con sedes en Estados Unidos –Nueva York y California–, Chile y Alemania, y es director del Center for Energy Medicine, donde investiga y practica la neurociencia de la iluminación. El doctor Villoldo es autor de Chamán, sanador, sabio, Las cuatro revelaciones, Soñar con valentía y La medicina del espíritu, y coautor de Conecta tu cerebro.

www.thefourwinds.com

Título original: HEART OF THE SHAMAN

Traducido del inglés por Antonio Gómez Molero

Diseño de portada: Editorial Sirio, S.A.

Maquetación de interior: Toñi F. castellón

© de la edición original

2018 Alberto Villoldo

Publicado inicialmente en 2018 por Hay House Inc, USA

Puede sintonizar a Hay House en www.hayhouseradio.com

© de la presente edición

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A la Loba, diosa guerrera y
guardiana de los sueños

Al contemplar una estrella en el cielo veo las hogueras de civilizaciones ancestrales, hombres y mujeres valientes que viajan hacia el infinito. En la belleza soñamos nuevos mundos y los hacemos realidad.

ALBERTO VILLOLDO

INTRODUCCIÓN

Los chamanes de los Andes conocen un sueño sagrado y se entregan a él, un sueño que guía a los planetas por los cielos y a nuestro destino humano aquí en la Tierra. El sueño sagrado es un mapa del futuro, pero no tiene rutas que puedas seguir ni más caminos que los que tú abras. Es efímero, cambia a cada instante y te sorprende en todo momento, como si estuvieras soñando.

A quienes sirven y protegen a este sueño sagrado se los llama guerreros luminosos. No tienen enemigos en este mundo ni en el otro. Poseen recursos ilimitados.

El sueño sagrado revela el orden implicado * del universo. Este orden se ve claramente en las estaciones, en cómo las abejas polinizan las flores, y en cómo todos los seres vivientes están conectados y relacionados entre sí. Con esta sabiduría, los antiguos chamanes de Perú cultivaron y cruzaron el maíz para producir más de cuatrocientas variedades de este cultivo; observaron el cielo nocturno y predijeron eclipses con décadas de antelación. Su vida se llenó naturalmente de sentido y razón de ser porque comprendían que formaban parte de un plan mucho mayor que ellos.

Cuando somos conscientes del sueño sagrado, entendemos que el universo no está hecho de rocas muertas que surcan el espacio, de energía sin vida o de la materia oscura de la ciencia. Por el contrario, comprendemos que el cosmos late y es consciente, que anhela crear belleza, dar a luz a planetas azules y verdes, galaxias en espiral y más de veinte mil especies de mariposas en la Tierra.

Cada uno de nosotros recibe un fragmento del sueño sagrado para guardarlo y expresarlo a su manera. Cuando olvidamos que somos portadores de una parte esencial y fundamental del sueño sagrado, comenzamos a vivir en la confusión, nuestros sueños se vuelven pesadillas y nuestras vidas se sumen en el caos.

Mucha gente ha sustituido el sueño sagrado por un sueño de fama, fortuna y poder y por conseguir muchos me gusta en Facebook. Mientras tanto nos enfrentamos a crisis globales (desde el cambio climático hasta la extinción de especies, pasando por guerras, hambrunas y enfermedades) que nos invitan a soñar un sueño nuevo para la humanidad y para el mundo.

El sueño sagrado nos llama. Este libro te enseñará a salir del letargo en el que vives y despertar en un sueño con los ojos abiertos para que puedas aprovechar todas las posibilidades del futuro.

Descubres tu sueño sagrado transformando tres sueños comunes de cuya realidad muchos estamos convencidos y de los que no sabemos cómo despertar. Son el sueño de la seguridad, el sueño de la permanencia y el sueño del amor que es incondicional. Cuando transformas estos sueños (cuando aceptas que la vida está continuamente cambiando, que tu mortalidad es un hecho y que nadie puede liberarte de una vida de miedo e inseguridad excepto tú), el caos de tu existencia se convierte en orden, y la belleza prevalece.

Cuando encuentras tu sueño sagrado, el poder creativo del universo, que los chamanes llaman la Luz Primordial, queda a tu alcance para crear belleza en el mundo y para sanarte a ti mismo y a los demás. Te conviertes en un guerrero luminoso. Vives sin miedo, conoces la respuesta a la pregunta «¿quién soy?» y los caminos que van más allá de la muerte y conducen al infinito.

Eres un guerrero luminoso, como los chamanes de los Andes, los laika. Te atreves a decir la verdad que nadie quiere escuchar, sostienes valores universales que respetan la totalidad de la vida y a diario realizas actos de valor.

Eso es lo que harás en este libro. Las prácticas de las páginas que vienen a continuación te ayudarán a forjarte un sueño sagrado. Te ayudarán a labrarte un porvenir valiente guiado por tu visión del futuro.

Estas prácticas del guerrero luminoso son fundamentales en una época en la que el sueño se produce solo cuando dormimos, en la que la cobardía es honorable, especular nos parece razonable y la espiritualidad carece de carácter.

Te ayudarán a brindar luz y paz a tu mundo y a descubrir tu papel en el sueño más sagrado de la ­humanidad.

ALBERTO VILLOLDO


* N. del T.: En su libro La totalidad y el orden implicado el físico David Bohm, antiguo discípulo de Einstein, explica que tras la apariencia separada de las cosas existe una realidad profunda donde todo está conectado y cualquier elemento del universo contiene la totalidad de este.

CAPÍTULO 1

OTRA CLASE DE SUEÑO

Hay tres clases de sueños que se producen estando despiertos: la pesadilla, la fantasía y el sueño sagrado. De estos solo el sueño sagrado puede ayudarte a cumplir tu misión aquí en la Tierra. Para vivir en un sueño sagrado hace falta entender que las fantasías pueden parecernos placenteras pero se transforman en pesadillas cuando cambian las circunstancias de la vida. En cuanto a las pesadillas que todos queremos evitar, comienzan siempre como fantasías, pero alcanzan su fecha de caducidad y se echan a perder, como un queso que llevara demasiado tiempo en el frigorífico.

La fantasía que se convierte en pesadilla puede ser esa relación o ese trabajo que resultaban tan atractivos pero que se han convertido en un callejón oscuro sin ­salida y que no podemos cambiar. Un amigo me dijo: «Mi trabajo es como una pesadilla. Me gustaría despertar y salir de él, pero lo necesito». La pesadilla no te ofrece mucha esperanza de que las cosas cambien. Cuando te atrapa, llegas a creer que tus problemas de salud son solo parte del envejecimiento y que es mejor que te acostumbres a ellos, o que el aburrimiento y la frustración de tu trabajo o tu matrimonio son el precio que has de pagar por la seguridad que te ofrecen. O podrías creer que no hay nada que puedas hacer para cambiar el clima político que crea tanta tensión ni la violencia que está asolando el mundo. La pesadilla te mantiene paralizado. Cuando tienes un amigo deprimido, puedes estar prácticamente seguro de que se encuentra atrapado dentro de una pesadilla de la que no sabe cómo despertar, y de que la está confundiendo con la realidad.

Si estamos atrapados en una relación tóxica, empezamos a fantasear sobre cómo sería todo si las cosas fueran diferentes, y comenzamos a usar nuestros poderes de concentración para crear una nueva realidad. Imaginamos que aparece en nuestras vidas alguien lleno de vitalidad y optimismo, que tenemos otra oportunidad para vivir la vida que nos hemos perdido. Y llega un día en el que salimos huyendo con un nuevo amor, para terminar descubriendo que esta nueva fantasía también tiene fecha de caducidad.

Las fantasías te hacen seguir buscando algo fuera de ti para sentirte completo.

La próxima fantasía puede disfrazarse de esperanzas y aspiraciones, de objetivos para poner en orden tu vida. Escribir tu lista de logros, hacer planes para mejorar tu relación o idear estrategias para crear las circunstancias que te dices a ti mismo que te beneficiarán y mejorarán tu vida..., todo esto parece prometedor, pero puede convertirse en una pesadilla. Cuando cambies de trabajo o de pareja, cuando compres la casa o el coche de tus sueños, quizá descubras que sigues sin estar contento ni satisfecho. Te haces una idea. Todas esas listas y ese esfuerzo pueden llevarte directamente de vuelta a la infelicidad.

La fantasía hace que, aunque tengas una nueva pareja, sigas mirando por el rabillo del ojo para buscar tu verdadera media naranja. Hace que estés siempre buscando un nuevo gurú, una nueva dieta, un nuevo régimen de salud, y preguntándote si no habrá algo que te estés perdiendo ahí fuera en el mundo.

He vivido esta fantasía convertida en pesadilla. A los treinta y tantos años conocí a alguien y creí que nos habíamos enamorado. Creíamos que el amor nos brindaría la felicidad y solucionaría todos nuestros problemas. Yo pensaba: «Cuando encuentre a mi media naranja, seré feliz». Y estaba convencido de que aquella mujer era la que llevaba la vida entera esperando. De repente, un día me desperté y me pregunté: «¿Quién es esta mujer que está en mi cama? Desde luego, no es la misma con la que me casé, ¿verdad?». La fantasía se ­había ­convertido en una de mis peores pesadillas. Afortunadamente, no había hijos por medio. Nos separamos con amargura, responsabilizándonos el uno al otro del fracaso del matrimonio. Quizá tú hayas vivido tu propia versión de esta pesadilla.

La fantasía puede parecer inofensiva o incluso bastante agradable, pero casi siempre conduce al desastre. Y aunque en ocasiones no se vuelve pesadilla, puede proporcionarnos comodidad, pero no nos hace crecer, y pronto nuestra vida se estanca y deja de tener sentido. A veces las fantasías nos engañan, imitando los sueños valientes más gratificantes al tiempo que nos impide llevarlos a cabo. Pensamos que estamos viviendo una vida con sentido y luego un día comprendemos que no es así en absoluto.

¿Cómo te das cuenta de que estás viviendo bajo el hechizo de una fantasía?

Las fantasías siempre conllevan una especie de contrato o acuerdo que estableces con la vida y que viene a decir: «Cuando ................., conseguiré esto o lo otro».

«Cuando tenga dinero... dejaré de experimentar ansiedad». «Cuando sea feliz... me sentiré agradecido». «Cuando haya un nuevo liderazgo... podremos hablar con sinceridad». O quizá: «Cuando encuentre a mi amor verdadero, mi auténtica vocación en la vida, o la casa o el trabajo perfectos... lo conseguiré».

Hace unos pocos años recibí un diagnóstico médico desolador. Había contraído una docena de ­infecciones de parásitos en mis viajes por el Amazonas. Hasta entonces estaba convencido de que los demás envejecían o enfermaban pero, con toda seguridad, a mí eso nunca me sucedería. Pero en ese momento estaba enfermo y corriendo el riesgo de morir, y me sentía como un viejo. En mis oraciones le decía a Dios: «Cuando me ponga bien, dedicaré mi vida a servir y a ayudar a los demás».

Pero a Dios no le gustan esos tratos. Empecé a despertar de la fantasía cuando le di la vuelta al acuerdo.

Descubrí que:

Para poder recuperar la salud, tuve que dedicar mi vida a una misión que era más grande que yo. Para descubrir mi sueño sagrado que me permitiría experimentar una nueva sensación de propósito y sentido, tuve que transformar la pesadilla de la enfermedad, aunque no tenía garantías de sobrevivir a ella ni de cuánto iba a vivir.

Un sueño sagrado te lanza a un destino que va más allá de no morir o de ser razonablemente feliz mientras te esfuerzas por evitar el malestar. Te anima a explorar los misterios de la vida y de la muerte, a vislumbrar la realidad que hay tras la muerte y a descubrir por ti mismo la verdad eterna. Te exige actuar con valentía y audacia y nadar a contracorriente de lo consensuado –aquello en lo que todos están de acuerdo y nadie se cuestiona–, que no es más que un cuento que nos mantiene atrapados en fantasías que se vuelven pesadillas.

¿Cómo sabes que has encontrado un sueño ­sagrado?

Porque es muy superior a ti, y parece imposible llevar a cabo todo lo que esperas conseguir. Un sueño sagrado te empuja a emprender una misión, como sucedió con Martin Luther King y Mahatma Gandhi. Puede que digas: «Pero yo no soy Gandhi». Es verdad, no tienes por qué fijarte la meta de liberar a mil millones de personas. A pesar de ello, ¿y si tu destino es hacer algo mucho más grande de lo que has imaginado hasta ahora?

Cuando estás enfermo, triste o deprimido, te cuesta pensar en encontrar un sueño sagrado. En ese momento tus sueños son insignificantes. Volver a donde estabas parece «lo bastante bueno». Recuerdo cuando me hallaba en mi crisis curativa y no podía dar más de cincuenta pasos sin agotarme. Por aquel entonces mi sueño era ser capaz de dar una vuelta alrededor de la manzana sin sentirme exhausto. Sin embargo, fui llamado para un sueño mayor, servir a los demás de cualquier manera en que pudiera por insignificante que fuera. ¿Cómo iba a hacerlo cuando apenas podía levantarme de la cama y los médicos me habían dicho que no volvería nunca más a hacer senderismo por mis amadas montañas? Descubrí que cuando tienes un sueño ­sagrado, el universo empieza a conspirar diligentemente a tu favor para hacer posible lo imposible. Pronto fui capaz de caminar alrededor de la manzana, y hoy en día viajo por el mundo llevando un poco más de belleza a todo el que me encuentro, practicando la entrega de la belleza, sobre la que hablaremos más adelante en este libro.

Hace falta valor para descubrir el sueño sagrado. No puedes seguir siendo un espectador pasivo (y ansioso) que observa cómo otros tienen una vida significativa. El sueño sagrado no va a llamar a tu puerta: es necesario que dejes atrás lo conocido y te embarques en una aventura. Te exige que no pongas en peligro tu integridad, que no te dejes seducir por el «camino fácil», que te enfrentes a la mentira de que tu fantasía es aceptable y seguirá manteniéndote cómodo.

Por eso se llama la senda del guerrero luminoso.

DESPERTAR DE LA FANTASÍA

El siguiente ejercicio te ayudará a salir de la ecuación «Cuando ................., conseguiré .................» y dejar de pelear con una fantasía que lentamente se está convirtiendo en pesadilla. Esto se hace dándole la vuelta al contrato que firmaste contigo mismo que estipula cuándo serás feliz o estarás sano o en paz. Lo que deseas no debe estar sujeto a ninguna condición.

Rellena los espacios en blanco para que puedas descubrir tres acuerdos centrales que has adoptado contigo mismo y que necesitas romper hoy.

Cuando ................., conseguiré .................

Cuando ................., conseguiré .................

Cuando ................., conseguiré .................

Si este fuera un libro para ayudarte a sentirte mejor contigo mismo, terminaríamos aquí. Tendrías una fórmula sencilla para ser feliz. Pero este libro no trata únicamente de fantasías y de despertar de las pesadillas que estás viviendo. Trata del descubrimiento de tu sueño sagrado.

Vuelve a mirar los acuerdos que adoptaste. ¿Eras consciente de ellos?

Ahora, tacha el principio de cada frase y deja lo que has escrito a continuación de «conseguiré»:

Conseguiré .....................................................

Conseguiré .....................................................

Conseguiré .....................................................

Ahora tienes nuevos objetivos, objetivos que puedes alcanzar en este momento. Descubrí que mis objetivos eran:

A diferencia de otros objetivos, estos no requieren que planees cómo los llevarás a cabo. Tan solo te comprometes con ellos y aprovechas todas las oportunidades para hacerlos realidad ahora mismo. Practicas la gratitud. Dedicas tu vida a servir. Hablas con sinceridad, y así sucesivamente. Ahora tus excusas para posponer la vida que deseas vivir deben quedar atrás.

No te saltes este primer ejercicio; te libera para reconocer y transformar las tres pesadillas que te ayudarán a descubrir tu sueño sagrado.

ACABAR CON LAS PESADILLAS QUE COMPARTIMOS

Las tres pesadillas que acabo de describir no son solo personales sino que constituyen el núcleo de nuestra sociedad moderna. La seguridad, la salud y el amor son cosas que todos queremos pero de las que aparentemente nunca tenemos bastante. Terminamos sintiéndonos asustados e inseguros, tratando en vano de garantizar nuestra seguridad en un mundo que escapa a nuestro control. Tememos la muerte y las señales de que estamos decayendo y deslizándonos hacia la meta final y deseamos desesperadamente poder ignorar esas señales de envejecimiento y deterioro. Tememos que los demás nos rechacen y nos preocupa acabar nuestros días solos y sin amor. Intentamos igualar las apuestas que hacemos en nuestras relaciones, para sentir que estamos recibiendo tanto como damos, y terminamos arruinándolas. Estas son las pesadillas en las que caemos a pesar de nuestros esfuerzos por evitar el dolor y por ser felices.

Cuando empezamos a explorar cada una de estas pesadillas, nos lanzamos a un viaje de descubrimiento que puede llevarnos al sueño sagrado, que es lo que todos buscamos. Como Parsifal en la época del rey Arturo, podemos descubrir nuestro Santo Grial (nuestro sueño sagrado) pero debemos ser valientes y seguir el camino sin señalizar que conduce al castillo, no la senda que otros dejaron atrás después de su búsqueda infructuosa.

Si eres fiel a la misión, se te revelará tu sueño sagrado. Te convertirás en un guerrero luminoso. Descubrirás que sea cual sea el desafío, dispones de recursos espirituales, lo que te permitirá encontrar tu valor y dar un paso adelante hacia tu destino, aliado con el espíritu en la tarea de soñar un nuevo mundo y hacerlo realidad.

El sueño sagrado que te será revelado está hecho de luz. Es la luz más pura, carente de cualquier forma, y al mismo tiempo el origen de todas las formas que vemos a nuestro alrededor. En el sueño sagrado, la verdadera naturaleza del agua es la luz, y también lo es la naturaleza de la tierra, el fuego y el viento. A medida que exploras el sueño sagrado, te das cuenta de que incluso los planetas, el sol, los árboles y las ballenas están hechos de luz condensada en materia. La luz es la «materia» primordial del universo, que los sabios pueden moldear dándole forma cuando «sueñan el mundo y lo hacen realidad», igual que el alfarero amasa la arcilla y la trabaja para crear una vasija.

A la luz del sueño sagrado se la conoce como la Luz Primordial, y los sabios de los Andes la llaman Ti.

Sé que suena complicado, de manera que repasemos los pasos.

Nuestras fantasías pueden convertirse en pesadillas. Incluso la mejor de ellas llega un momento en que se vuelve amarga. El primer ejercicio para transformar la pesadilla es romper el contrato «Cuando ................., conseguiré .................» que hemos firmado con nosotros mismos.

Te invito a realizar ahora mismo el ejercicio «Cuando ...................., conseguiré ....................». Empieza a ­despertar de tus fantasías declarando «lo haré». Luego sigue leyendo.

Liberarte del viejo contrato te hace emprender una aventura para encontrar tu sueño sagrado y descubrir el poder del Ti.

Bien, dirás, parece una propuesta estupenda. Descubro mi sueño sagrado y obtengo las llaves del poder ilimitado de la creación. Me convierto en un guerrero luminoso, sin enemigos. Suena bastante bien...

Y luego te das cuenta de que esto viene con un mandato de crear belleza, curar el sufrimiento, soñar mundos y hacerlos realidad... comenzando por el tuyo.

EL PODER DEL TI

Cuando era estudiante de Antropología, aprendí que los incas creían que eran los hijos del sol. Más tarde descubrí que esto no era exacto: los académicos, con toda su buena intención, habían cometido un error. Ti es ‘Luz’, y el dios del Sol de los incas se llamaba In-ti. El nombre significa ‘el sol al mediodía’, cuando la luz brilla con más fuerza, no la luz joven de la mañana ni la tenue luz del atardecer. El Sol es la fuente de la luz, pero no es la luz. Una linterna no es un rayo de luz. Recuerdo que hasta hace poco no sabíamos que el Sol es una bola de plasma ardiente que puede contener 1.333.000 Tierras en su interior. A muchos nativos, les parece un agujero en el cielo a través del cual la luz se derrama e ilumina nuestro mundo. Los incas creían que eran hijos del Ti.

El Ti es diferente del sol, al igual que una llama es diferente del tronco a pesar de salir de la madera ardiendo. Encontramos el nombre Ti asociado a lugares antiguos como el Titicaca, el mar en la cima del mundo; Paititi, la ciudad dorada perdida de los incas, y Tiaguanaco, la civilización andina más antigua.

Según la tradición, el poder del Ti puede crear belleza, curar a los enfermos o construir galaxias. Esta es la fuente del poder de los chamanes. Pero también puede destruir si no se utiliza correctamente.

Se dice que el sueño sagrado fue creado con la luz del Ti, y que para recordarlo solo tienes que mirar el sol al amanecer, una estrella brillante por la noche o una hoguera. Es un plano del destino del cosmos y de cada ser viviente dentro de él. Un modelo de las ciudades invisibles de luz, y de la paz y la belleza a lo largo y ancho de todo el cosmos. Pero esto no está escrito en piedra; no está garantizado. Hace falta que cada uno de nosotros se encargue de su parte del sueño del futuro posible y se esfuerce por crearlo.

Cuando Pachakuti, el noveno gobernante del Imperio inca, era joven, subió a las montañas en busca de una visión. De camino hacia la ciudad de Cusco, * se ­detuvo ante un famoso pozo mágico conocido como Susurpuqio. Al asomarse a él para llenar el balde con agua y saciar su sed, lo deslumbró una luz cegadora y una voz le reveló su destino. Extendería el territorio inca creando el mayor reino de las Américas jamás conocido. Sería llamado el Imperio del Sol y marcaría el inicio de un milenio de paz en los Andes. Pero se enfrentaría a grandes desafíos. A su regreso a Cusco descubrió que los antiguos enemigos de los incas, los chanka, estaban a punto de invadir la ciudad, y su padre y todas las personas físicamente capacitadas habían huido.

Pachakuti comprendió su destino. Pero no tenía idea de cómo cumplirlo. En la ciudad solo quedaban ancianos y algunos niños sin hogar. Formó con ellos un destartalado ejército y al día siguiente, antes del amanecer, atacó a los desprevenidos chanka, que acampaban en la ciudadela de Sacsayhuamán, por encima de Cusco. La leyenda dice que por arte de magia las piedras cobraron vida y se lanzaron a los invasores, que fueron expulsados lejos de allí hasta sus tierras al otro lado del río Apurimac. No se perdió ni una sola vida.

Pachakuti se convertiría en el modelo del guerrero luminoso, que tiene acceso a los recursos espirituales que vienen en su ayuda cuando está cumpliendo el destino escrito en su sueño sagrado.

La Luz Primordial nos revela nuestro sueño sagrado y nuestro destino como hizo con Pachakuti. Y al igual que Pachakuti, debemos enfrentarnos a retos aparentemente insuperables. Y luego se nos pide que confiemos en que el Ti nos ofrecerá la ayuda extraordinaria que necesitamos.

Los chamanes saben que todo lo que vive está hecho de luz intensamente condensada en materia. Cuanto más comparten la luz con los demás, más se liberan de las pesadillas que azotan a quienes están atrapados en un sueño limitado de enriquecimiento o comodidad personales.

Los primeros pueblos tendían a adorar al Ti por su infinita generosidad. Pero los incas comprendieron que no se puede adorar la Luz Primordial como un Dios, porque eso significaría negar su propia naturaleza de luz hecha carne. Cuando comprendes tu naturaleza, brillas con tu propia luz, como el sol. Y como el sol, que es lo único que no proyecta una sombra, ya no proyectas hacia los demás tus lados oscuros y las partes no cicatrizadas de tu psique.

En mi propio camino de curación, comprendí que, como todos, estoy hecho de Luz Primordial. Cada célula de mi cuerpo se regocija en ello. Y cuando lo olvido por un momento, me empequeñezco. Empiezo a preguntarme quién soy, qué estoy haciendo en esta ­situación y a dónde voy con mi vida. Veo a mi alrededor batallas que creo que tengo que librar. Cuando esto ocurre, intento estar tranquilo y encontrar la luz en mi interior, y recordar que mi naturaleza es idéntica a la Luz Primordial. Yo soy la luz.

La Luz Primordial contiene recursos ilimitados de los que ahora puedes disponer y que te permiten crear belleza de cualquier manera que elijas. Algunos lo hacen sanando a los enfermos, otros enseñando, otros reconfortando a los moribundos o a los que sufren. Hay quienes lo hacen creando hermosas ideas, soñando con ciudades en las nubes como Machu Picchu y aprendiendo el movimiento de las estrellas.

LAS ENSEÑANZAS RELIGIOSAS FRENTE A LA SABIDURÍA ESPIRITUAL

El chamanismo es una tradición espiritual que existía antes de la religión, y su sabiduría es muy antigua. Algunos eruditos consideran las religiones de hoy como una codificación de las enseñanzas de los antiguos chamanes. Todas las tradiciones espirituales, entre ellas el chamanismo, se basan en la experiencia vivida, no en los textos sagrados ni en las experiencias de otros. La religión, por otro lado, se funda en la fe y en la creencia, no en la experiencia. Aun así, la sabiduría del Buda y las enseñanzas del Cristo han sobrevivido a los siglos porque hay una gran verdad en ellas. Las lecciones del Buda sobre la compasión, el alivio del sufrimiento y la práctica de la meditación siguen siendo tan valiosas hoy como cuando fueron enseñadas por primera vez hace dos mil cuatrocientos años. Las enseñanzas del Cristo de amar a tu prójimo como a ti mismo y la práctica de la oración son tan importantes hoy como lo eran hace dos mil años cuando Jesús predicaba junto al mar de Galilea.