Un chilango, mesinico e ignorante, converge con un chileno, educado y exiliado, en un punto de la historia que despiertan: un pueblo fronterizo, que refleja, por desgraciada analoga, a todos los pueblos fronterizos del norte de Mxico. Adheridas a la fantasa, vulgar y cotidiana, de la migracin hacia el sueo americano, subyacen y emergen otras, que han tenido su espera de aejamiento y que en el preciso momento de florecer, traen, en su savia, la legitimidad de marca. Son producto de frontera.
Es la historia del laboratorio fronterizo que culmina el cultivo de grmenes binacionales, y expande sus nuevas taras hacia ambos lados. La historia, finalmente, narra, si no la fraternidad, s la cercana y la congruencia, con los roles que les han tocado jugar, tanto a los supuestos delincuentes, como al ciudadano, todava comn, de esas zonas de la geografa mexicana.